Ningún ser humano es inmune al sufrimiento. Ya sea dolor físico o emocional, el dolor es parte de nuestras vidas, ya seamos ricos o pobres, oprimidos u opresores, pacíficos o violentos. Cuando nos toca de cerca solemos preguntarnos: “¿Por qué Dios permitió esta tragedia?” “¿No puede Dios detener esta enfermedad?” No entendemos por qué Dios permite nuestras aflicciones.
Lo cierto es que Dios, en su poder y sabiduría, conoce bien nuestro dolor. Es más, al leer la Biblia encontramos un patrón de sufrimiento seguido por gloria. Lo vemos en José cuando fue vendido por sus propios hermanos, encarcelado y esclavizado antes de convertirse en el segundo hombre más poderoso de Egipto (lee su historia en Génesis 37-50). También lo vemos en el apóstol Pablo, quien se convirtió de perseguidor al más ardiente defensor del cristianismo. Su misión lo llevó a propagar el Evangelio por el mundo pagano, donde perduró cárceles, azotes y peligros de muerte (lee más en 2 Corintios 11). Finalmente, el ejemplo por excelencia lo vemos en Jesús, el Hijo de Dios, “el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).
En este LOGOIgrama incluimos artículos, libros y otros recursos sobre el tema del sufrimiento (ver botones y enlaces abajo).
Esperamos que todos sean de gran ayuda, y te recordamos que, en tiempos de adversidad te dirijas a 2 Corintios 4:17: “Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación“.
Bendiciones,
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