En este LOGOIgrama ofrecemos importantes recursos que distinguen a los maestros de sana doctrina de aquellos con falsas enseñanzas, continuando así nuestra misión de ayudarle a “manejar con precisión la palabra de verdad” (2 Tim 2:15).
Comenzamos con una anécdota que no es necesariamente una buena idea, pero años atrás un pastor sí lo hizo en la escuela dominical de una iglesia en Miami. Entró y comenzó a enseñar doctrina errónea que iba en contra de las enseñanzas básicas de la Biblia. No lo recomendamos, pero seguro ya entiendes por qué lo hizo: quería ver si alguien en esta iglesia de sana doctrina se daría cuenta de los errores. Tristemente, ni una sola persona en la clase se dio cuenta de las enseñanzas equivocadas. Esto sacó a la luz un gran problema, especialmente porque las Escrituras nos instan a la sana doctrina y nos advierten sobre las consecuencias de una enseñanza errónea:
“Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina”. (1 Timoteo 1:3-4a)