Los años posteriores de nuestros padres nos dan la oportunidad de honrarlos de una manera diferente a como lo hicimos cuando éramos niños. En aquel entonces, esencialmente, teníamos que hacer lo que nos decían, siempre y cuando no se violara ninguna ley ni implicara desobediencia a Dios. Conocíamos bien el quinto mandamiento (al menos la primera parte): “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da” (Éxodo 20:12). Ahora que somos adultos, ¿qué pasa con nuestros padres? ¿Qué debemos hacer ahora que han envejecido y nosotros hemos crecido?
¡Feliz Día de los Padres!
Bendiciones,
Ministerios LOGOI