Progreso

Lección 3: Nicodemo y la mujer samaritana

Ago 13, 2014

Evangelismo escritural

GUÍA DE ESTUDIO

Lección 3: Nicodemo y la mujer samaritana

Metas

  1. Explorar la contribución del Evangelio según San Juan a la evangelización.
  2. Examinar nuestras actitudes hacia los menospreciados en la sociedad o aquellos de una cultura particular con la que estamos asociados a fin de ajustarlas a la compasión de Dios hacia todo el género humano.
  3. Participar en la evangelización y/o edificación individualmente o como parte de un equipo.

Objetivo

El estudiante comenzará a prepararse para encuentros evangelísticos en el mundo real por medio de aprender principios de evangelización que provienen del Evangelio según San Juan.

Retos

Leer las metas y objetivos y completar esta lección.

  1. Leer la Sesión 2 del libro y responder las cinco preguntas de la misma.
  2. Estudiar las ilustraciones y entender el concepto que éstas comunican.
  3. Participar en un encuentro evangelístico de práctica con los otros miembros del pequeño grupo de estudio. Dicha práctica preparará al alumno para visitas evangelísticas reales que comenzarán en la Lección 6. [Nota: El estudiante individual debe pedir —ya sea a amigos o clase de escuela dominical— que le ayuden a completar este requisito.]
    1. Un estudiante hará el papel de un no creyente difícil mientras que otro intenta convencerlo de la verdad de que Jesús promete vida eterna a todos los que crean en Él.
    2. Después de cada presentación del intercambio entre los dos alumnos, el resto del grupo evaluará y dará su opinión acerca de la interacción entre los dos alumnos. Los estudiantes evaluarán tres puntos: 1) ¿Fue el evangelizador fiel a las Escrituras? 2) ¿Dirigió la conversación hacia el tema de sólo creer en Cristo para salvación, o confundió el hacer con el sólo creer como condición para obtener vida eterna? 3) ¿Mantuvo una actitud respetuosa, amorosa y sabia durante el encuentro?
    3. Los estudiantes intercambiaran papeles hasta que todos hayan representado el no creyente y el creyente.
      Nota: En las conversaciones evangelísticas de práctica en esta Lección los estudiantes deben enfatizar la certeza de vida eterna que Dios ofrece a todos los que creen en Cristo desde el momento en que creen en Él.
  4. El estudiante memorizará los siguientes textos útiles para la evangelización: Juan 5:24-25; Juan 6:47 y Juan 11:25-27.

Cinco Preguntas

  1. ¿Dónde se encuentra, en su evangelio, el propósito por el que Juan escribe, y cuál es?
  2. ¿Cuáles son las siete señales y el propósito de las mismas?
  3. Nuestro Señor mostró su amor hacia los despreciados de su tiempo, ¿cómo podemos actuar, cual Jesús, con aquellos que nuestros contemporáneos desprecian?
  4. ¿Qué hace Jesús para convencer a la mujer samaritana de que Él es el Mesías?
  5. ¿Qué enseñanza les da Jesús a sus discípulos en relación con el encuentro con la samaritana y los samaritanos?

Dibujos explicativos

Estas ilustraciones han sido diseñadas a fin de proveerle una manera sencilla de organizar y memorizar cuatro puntos esenciales del capítulo. Tome una hoja de papel y reproduzca los dibujos de cinco a siete veces mientras piensa en el significado de cada cuadro. Luego tome otra hoja en blanco y reprodúzcalo de memoria con una breve explicación de su significado. Hemos provisto estas sencillas ilustraciones principalmente para aquellos que piensan que no saben dibujar bien. Si tiene talento para el dibujo (o deseos de dibujar) cree sus propios diseños a fin de memorizar puntos principales de estos capítulos.

Evangelism-3a_600pxExplicación: Jesús afirmó lo siguiente cuando le habló a Nicodemo del nuevo nacimiento (o nacimiento de lo alto): Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: “Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3:5-8). Dios da el nuevo nacimiento —nacimiento de lo alto— por medio de Su Palabra y del Espíritu Santo (cf. Juan 3:5-8; Santiago 1: 18; Tito 3:4-7). No podemos iniciar, producir, o sostener el nuevo nacimiento ya que resulta de la obra soberana de Dios. Esta verdad nos puede traer consuelo y aliento en nuestros esfuerzos evangelísticos. Comunicamos las buenas nuevas de manera atractiva, responsable y precisa con la confianza plena de que Dios salvará a los que crean en Jesús. Dios participa de manera total en la evangelización (cf. Juan 6:44, 51, 63) y nos usa para llevar el mensaje de salvación a otros.

Evangelism-3b_600pxExplicación: Todos debemos apartar nuestros prejuicios al evangelizar, como reflejo del amor de Dios. Jesús cruzó las barreras culturales, sociales, y religiosas de su día cuando mostró Su amor por una mujer Samaritana despreciada comunicándole las buenas nuevas de la vida eterna que Él, como Mesías, le podía dar. Ella, junto con otros Samaritanos a quienes los Judíos despreciaban, llegaron a creer en Él y le llamaron el «Salvador del mundo» (Juan 4:42). No somos nadie para descalificar a alguien y dejar de proclamarle las buenas nuevas basados en prejuicios humanos. Tanto los ricos como los pobres, los estimados y los despreciados, y los de todas las razas y naciones necesitan escuchar y responder al mismo mensaje de amor: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios (Juan 3.18).

Evangelism-3c_600pxExplicación: Debemos tener cuidado en confundir el valor del ser humano con sus méritos. El valor del ser humano lo determinó Dios cuando creó al hombre y a la mujer como Su imagen y semejanza (cf. Génesis. La muerte de Cristo también nos demuestra que Dios valora los seres humanos tanto como para que Jesús, el Dios-Hombre muriera por ellos, en su lugar, a fin de salvarlos eternamente (cf. Juan 3:16; 1 Juan 2:2). Por otro lado, los méritos del ser humano trata de lo que el hombre puede hacer para merecer o ganarse la salvación eterna. Sin equivocación, el hombre no puede reunir suficiente mérito propio para que Dios le otorgue esta salvación. Ésta sólo se puede recibir como regalo, no merecido (cf. Romanos 4:1-8; Efesios 2:8-9). Todas las religiones falsas y hasta algunos grupos denominados cristianos enseñan que el hombre debe contribuir a su propia salvación eterna. El apóstol Pablo responde a todas ellas con estas palabras: “No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo”. Así, la salvación eterna se recibe por fe (creer la promesa de Dios) y no por nosotros hacer algo para ganar o merecerla — que sería imposible (cf. Gálatas 2:16). El Cordero de Dios es quien compra la vida eterna y no algún esfuerzo o mérito nuestro. De manera que todo se aclara a la luz de la cruz: el pecado del hombre, la provisión de Dios, y la incapacidad nuestra para salvamos a nosotros mismos. La fe brota en el corazón cuando consideramos al Mesías; nace cuando Dios obra a medida que presentamos a Jesús.

Evangelism-3d_600pxExplicación: En el esfuerzo evangelístico hablamos a no creyentes de la vida eterna, la salvación eterna, que Dios nos da cuando creemos en Jesús como Salvador. La conversión viene por fe sola, ocurre de manera instantánea cuando la persona cree, y trata de un regalo que Cristo compró por nosotros en la Cruz. A la misma vez, el creyente que participa en la evangelización obedece al Señor como parte de su experiencia cristiana, y recibe bendición de Dios como resultado. El crecimiento cristiano tiene su base en la fe pero también incluye la obediencia al Señor y las buenas obras. Representa un proceso y resulta en recompensas que Dios nos da. En conexión con Su ministerio con los Samaritanos que terminaron creyendo en Él, Jesús dijo a Sus discípulos: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra” y “Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega”. Así, debemos ocuparnos de hacer la voluntad del Señor, la cual es sustento espiritual que trae gozosas consecuencias para todos —para nosotros y para los que benefician de nuestro ministerio.

Respuestas a las preguntas

  1. El propósito de Juan se encuentra en Juan 20:30-31:  Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.La vida eterna que Dios nos ofrece se recibe gratuitamente cuando primero creemos en Jesús como Salvador. Los capítulos 1—12 sacan a relucir esta verdad (véanse, por ejemplo, Juan 1:12; 3:16-18; 5:24; 6:47; 11:25-27). El Evangelio según San Juan también nos proporciona principios para la vida cristiana (especialmente en los capítulos 13—17) que nos ayudan a cultivar y hacer crecer nuestra relación con Dios.
  2. Juan narra las siete señales (o milagros) que Jesús hace a fin de verificarlo como el Mesías, el Salvador prometido. Por cierto, los milagros comunicaron algún beneficio a los recipientes de los mismos.Algunos incluyen la Resurrección misma de Jesús como una octava señal. No obstante, hay siete señales que van juntas en la unidad literaria compuesta de Juan 1—12. Los siete milagros son:
    1. Convertir agua a vino en las bodas de Caná
    2. Sanar al hijo de un noble
    3. Sanar al hombre paralítico
    4. Alimentar a los 5000
    5. Caminar sobre las aguas
    6. Sanar al hombre que nació ciego
    7. Resucitar a Lázaro de entre los muertos
  3. Las respuestas variarán según el estudiante. Asegure que la respuesta muestre evidencia de reflexión adecuada y pensamiento lógico.
  4. Ella afirma “Sé que el Mesías viene (el que es llamado Cristo); cuando El venga nos declarará todo”. El Señor Jesús no sólo le declaró todo lo de su vida sino que le dijo directamente que Él era el Mesías.
  5. Los samaritanos representaban los campos blancos que los discípulos deberían segar ya que Jesús (y luego la mujer samaritana) habían ya sembrado allí. La samaritana necesitaba el agua viva que resultaría en vida eterna para ella. Los discípulos que ya habían creído necesitaban la comida de hacer la voluntad del Padre. Podían empezar de inmediato con el “campo” de samaritanos que salían de la ciudad e iban hacia Jesús (véanse 4:30; 35-38).