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SERIE: MUJERES DE LA BIBLIA
BASE BÍBLICA: Génesis 15-18; Génesis 21
OBJETIVO: Que los niños comprendan que el tiempo de Dios es perfecto y que su medida de tiempo no es igual a la nuestra.
VERSÍCULO: “Todo tiene su momento oportuno; hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo”. —Eclesiastés 3:1.
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INTRODUCCIÓN
Consiga una caja con arena, póngala en el centro o en un lugar donde todos los niños puedan observar y tocar. Hable de la arena y pregunte dónde podemos encontrar mucha, permítales expresarse. Probablemente mencionen el mar, guíelos a que piensen en el desierto y hable un poco de esto. En el desierto hace mucho frío en la noche y durante el día un calor insoportable. Es difícil encontrar agua y por su composición la arena del desierto y la influencia del viento siempre está cambiando de posición (mueva la arena de la caja con sus manos, formando figuras y montañas).
DESARROLLO
La Biblia cuenta la historia de una mujer que vivía en el desierto con su esposo. Su nombre era Sara y su esposo Abraham.
Dios amó mucho Abraham y Sara, ellos escuchaban la voz de Dios. Un día Dios les pidió que dejaran el lugar donde vivían y les dijo que les daría un nuevo lugar para vivir, también les prometió que los iba a bendecir y que tendrían una descendencia muy grande —incontable como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Pasó mucho tiempo, pero Dios no se olvidó de lo que les había prometido. Como el tiempo transcurrió, ambos habían envejecido. ¡Sara tenía 90 años! Ella ya era una anciana y nunca había tenido un hijo. A los 90 años es imposible que una mujer tenga un hijo. Pero Dios hace posible todas las cosas imposibles.
Mientras Sara esperaba, veía que pasaba el tiempo y no podía tener un hijo, trató de “ayudar” a Dios. Lo que ella no sabía era que Él no necesita de la ayuda humana, porque Él es poderoso y sus tiempos son perfectos. Sara tenía que aprender que debía esperar el cumplimiento de la promesa pacientemente, aun cuando el tiempo pasara o las cosas cambiaran como la arena; Dios ya tenía listo todo, pero en su tiempo.
CONCLUSIÓN
Dios cumplió lo que había prometido, llegó el día en que nació un hermoso niño, a quien llamaron Isaac. Sara y su esposo Abraham estaban muy felices.
¿Te has sentido impaciente por algo que deseas mucho en tu corazón que pareciera que el tiempo pasa demasiado lento? Hoy quiero que sepas que Dios no olvida sus promesas, sólo que su medida del tiempo es diferente a la nuestra porque Él todo lo sabe, tiene todo bajo Su control. Espera con alegría en el Señor y nunca trates de “ayudarlo”, sólo espera confiadamente.
Oración: “Señor te pido que me ayudes a confiar en tus tiempos que son perfectos. Dame paciencia y perseverancia para no decaer mientras espero en ti. Amén.”
MANUALIDAD SUGERIDA
Reloj de arena: Cortar dos botellas plásticas y unirlas con cinta adhesiva en el centro. Rellenar con arena y con un trozo de cartón tapar los extremos. Imprimir el versículo bíblico de la lección y pegar en uno de los lados del reloj.
Ejemplo: