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SERIE EXPLORANDO LA BIBLIA
CAPITULO 6: LLEGÓ EL GRAN DÍA
POR PAMELA HENRÍQUEZ GALARCE
BASE BÍBLICA
Lucas 2:21-39
OBJETIVO
Debemos esperar pacientemente, porque Dios tiene un tiempo para todo.
VERSÍCULO
“Tengan paciencia y hagan la voluntad de Dios para que reciban lo prometido”. Hebreos 10:36
INTRODUCCIÓN
La palabra “espera” no es lo que queremos escuchar cuando deseamos que ocurra algo importante para nosotros. A veces nos genera ansiedad, (ansiedad es preocuparte demasiado por el futuro). La biblia nos enseña que no debemos preocuparnos por lo que va a suceder y nos pone como ejemplo las aves del cielo, ellas no siembran ni siegan, más nuestro Padre Celestial las alimenta. Pero, aun así, parece ser que la paciencia no es algo fácil de cultivar. Hoy conoceremos a dos personas, que esperaron mucho tiempo para conocer al Salvador, hasta que llegó el gran día.
DESARROLLO
Ocho días después de que Jesús nació; sus padres, José y María lo llevaron al Templo para consagrarlo a Dios, conforme mandaba la Ley de Moisés. Al llegar allí encontraron a Simeón, un hombre lleno del Espíritu Santo y temeroso de Dios, que estaba esperando el cumplimiento de la promesa de la llegada del Salvador. Cuando Simeón vio al bebé, dijo: Ahora Señor, ya puedo morir feliz, pues he visto la salvación que Tú preparaste. ¡Él es el Salvador! ¡La luz del mundo! La gloria del pueblo de Israel.
En ese mismo momento, llegó también una profetisa, llamada Ana, que comenzó a alabar a Dios y a hablar acerca del niño a todos los que esperaban la liberación de Israel.
Conclusión:
¿Puedes imaginar la alegría que sintieron estas personas cuando vieron a Jesús? Piensa por un momento cuando recibiste algo que habías esperado por mucho tiempo. Se siente bien, ¿verdad? Simeón y Ana no podían más de felicidad. Ambos dedicaban su vida a Dios, siempre estaban en el Templo adorando al Señor y habían esperado tanto tiempo este momento, su paciencia nunca se agotó y aunque eran muy viejitos, pudieron conocer en persona al Salvador del mundo. ¡Maravilloso!
Manualidad Sugerida: Reloj de Arena con botellas desechables (Todo tiene un tiempo para Dios)
Cortar dos botellas desechables y unir con cinta adhesiva ambas “bocas” según se observa en la imagen. Con goma eva o cartón tapar un extremo y agregar arena, luego tapar el otro extremo. Pueden pegar el versículo de la lección en la base del reloj.