Botiquín de primeros auxilios 4: El suero de la oración

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Botiquín de primeros auxilios 4: El suero de la oración

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SERIE “BOTIQUÍN DE PRIMEROS AUXILIOS”

LECCIÓN 4:“EL SUERO DE ORACIÓN”

BASE BÍBLICA: La oración del Padre Nuestro (Mateo 6:9-13)

OBJETIVO: Que los niños comprendan la importancia de la oración y que conozcan el modelo de oración que dejó Jesús explorando sus diferentes componentes y enseñándoles cómo puede guiar su vida de oración.

VERSÍCULO: “Nunca dejen de Orar”. —1 Tesalonicenses 5:17 NTV

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NOTAS PARA EL MAESTRO

La oración es tan esencial para nuestro bienestar espiritual como lo son la comida y el descanso para nuestra salud física.  Acudir continuamente a Dios en oración nutre nuestra alma y nos mantiene conectados con Él, recordándonos lo que la biblia enseña que debemos orar constantemente.

INTRODUCCIÓN

Comience con una conversación guiada. Explique que cuando las personas están muy enfermas se les debe suministrar los medicamentos a través de un líquido que se llama “suero” y va directamente a la vena del cuerpo humano. Pregunte a los niños ¿qué piensan que es la oración y cómo han utilizado la oración en sus vidas? Explique que la oración es hablar con Dios, escucharlo y construir una relación con Él, es como inyectar un “suero” que ayudará a sanar el alma. Comparta cómo Jesús a menudo oraba y buscaba lugares tranquilos para hablar con Dios. Cuénteles cómo los discípulos de Jesús notaron la importancia y la necesidad de la oración en su vida y le pidieron que les enseñara a orar. La Oración del Señor es un modelo para nosotros, enseñándonos cómo debemos orar.

DESARROLLO

La Biblia enseña que Jesús con sólo hablar podía calmar las tormentas, sanar a los enfermos y resucitar a los muertos. Él eligió a doce amigos —conocidos como sus discípulos— para acompañarlo, aprender de sus enseñanzas y presenciar sus milagros. Estos discípulos notaron algo especial en Jesús. A él le encantaba hablar con Dios a través de la oración. Un día, después de ver a Jesús orar, los discípulos sintieron algo creciendo en sus corazones. Querían orar como Jesús. Así que, uno de ellos le preguntó a Jesús: “Señor, ¿puedes enseñarnos a orar?” Jesús dijo: “Cuando ores, habla desde el corazón. Estás hablando con Dios, quien te ama mucho. Puedes usar palabras como estas: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo. Danos hoy el pan que necesitamos. Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal. No nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno.

CONCLUSIÓN

Mientras escuchaban, cada palabra de Jesús se grabó en los corazones de los discípulos. Jesús explicó que cuando decimos “Padre Nuestro”, reconocemos el cuidado amoroso de Dios y Su grandeza. Aprendieron a pedirle a Dios lo que necesitaban, a disculparse por cualquier error y a pedir ayuda para tomar buenas decisiones. A partir de ese día, los discípulos oraron de una manera nueva. Sabían que la oración no era solo para pedir cosas a Dios, sino también para hablar con Él sobre cualquier cosa. Desde ese día en adelante, los discípulos oraron con confianza y alegría. Sabían que ya sea que estuvieran en un camino polvoriento, en una ciudad bulliciosa o solos en una colina, podían hablar con Dios. Y Él siempre estaba escuchando, siempre cerca, inyectando el “suero” con el medicamento necesario para curar cualquier enfermedad del alma, a través de la oración.

MANUALIDAD

Suero de la oración para el botiquín. En frascos plásticos o de vidrios pegar etiqueta “Suero de la Oración” y el versículo “Nunca dejen de Orar” (1Tesalonicenses 5:17 NTV). Rellenar con agua o líquido que deseen.

También pueden hacer unos marcadores de libros para tenerlos siempre como recordatorio.