Progreso

Lección 4: Reglas de la interpretación bíblica (Primera parte)

Oct 3, 2014

Curso: Cómo estudiar la Biblia

Metas

  1. El estudiante evaluará las reglas propuestas por el Dr. Sproul para la interpretación bíblica. (Meta cognitiva)
  2. El estudiante tomará conciencia de la necesidad de reflexión y trabajo cuidadoso en la interpretación bíblica. (Meta afectiva)
  3. El estudiante explicará las reglas hermenéuticas (reglas 1-4) en sus propias palabras —junto con sus propios comentarios o dudas. (Meta volitiva)

Objetivo

El estudiante aplicará las reglas 1-4 de la interpretación a su estudio de un libro corto de la Biblia.

Retos

  1. Completar la cuarta lección:
    1. Leer las reglas 1-4 en el capítulo 4 de Cómo estudiar e interpretar la Biblia, por R. C. Sproul.
    2. Completar las cinco preguntas de estudio.
    3. Discutir las preguntas en el grupo de estudios. (El estudiante individual recibirá beneficio de dialogar acerca de las preguntas y sus respuestas con alguna amistad o amistades.)
  2. Utilizar los dibujos y sus explicaciones como ayuda de estudio mnemotécnica. (Nota: Estas ilustraciones se ofrecen como ayuda de estudio para los estudiantes. El alumno puede mirar los dibujos que explican algunos de los conceptos de la lección, leer la explicación que los acompañan, y entonces repetir los dibujos varias veces en una hoja de papel cualquiera hasta llegar a memorizar los conceptos.)
  3. El estudiante leerá 3 Juan y aplicará las Ocho preguntas a los vv. 11-12. Seguirá tomando en cuenta la perspectiva panorámica del libro, haciendo preguntas interpretativas y modificando, como sea necesario, las conclusiones preliminares alcanzadas en la lección anterior. Seguirá el desarrollo de un bosquejo visual de 3 Juan y pensando en el mensaje del mismo —el sujeto principal del libro, ¿de qué trata?, y el complemento, ¿qué dice al respecto?

ocho preguntas

Estas ocho preguntas guían el proceso de la observación y por lo tanto son nuestros “amigos” en este esfuerzo —aunque la pregunta ¿por qué? le pertenece más a la tarea de interpretación. Como ejemplo del uso de estas preguntas, ¿quién? se usa para descubrir “quienes” son mencionados en el libro. ¿A quién(es) es dirigido? ¿Quién lo escribió? entre otros. 

Pregunta de discusión:

¿Cuál de las cuatro reglas del Dr. Sproul tratadas aquí le ofreció el mayor beneficio? ¿Cuál ofreció la menor ayuda?

Cinco Preguntas

  1. ¿Cómo se relaciona el principio de sensus literalis a la primera regla del Dr. Sproul? ¿Qué diferencia hay entre la Biblia y otros libros? Explique.
  2. ¿Cuál es la segunda regla del Dr. Sproul y su significado? ¿Qué peligro existe en esta “regla” y cómo se contrarresta? Explique.
  3. ¿Cuáles son las tercera y cuarta reglas del Dr. Sproul? ¿En qué se parecen? ¿Qué relación sostienen a la analogía de la fe?
  4. ¿Qué sugiere el Dr. Sproul como alternativa a la pregunta: ¿Qué hiciera Jesús? ¿Por qué sugiere esto Sproul?
  5. ¿Qué es el lenguaje fenomenológico? ¿Cómo lo utilizan los críticos de la Biblia y cómo responden los conservadores?

Dibujos explicativos

Estas ilustraciones han sido diseñadas a fin de proveerle una manera sencilla de organizar y memorizar cuatro puntos esenciales del capítulo. Tome una hoja de papel y reproduzca los dibujos de cinco a siete veces mientras piensa en el significado de cada cuadro. Luego tome otra hoja en blanco y reprodúzcalo de memoria con una breve explicación de su significado. Hemos provisto estas sencillas ilustraciones principalmente para aquellos que piensan que no saben dibujar bien. Si tiene talento para el dibujo (o deseos de dibujar) cree sus propios diseños a fin de memorizar puntos principales de estos capítulos.

Lecc4_1_600pxExplicación: La Biblia difiere de otra literatura en su carácter único como revelación de Dios, con autoridad absoluta y sin error. No obstante, la Biblia no tiene ningún lenguaje misterioso sino patrones conocidos —gramaticales, literarios, y retóricos. Podemos reconocer, traducir, y enseñar su significado tal como lo podemos hacer con otros libros. Aun así se necesita la iluminación de Dios para captar su significado espiritual y facilitar su aplicación.

Lecc4_2_600pxExplicación: El principio existencial recomienda que —como intérpretes— nos coloquemos imaginariamente en el ambiente o la escena de un pasaje bíblico. Con los detalles del texto bíblico (y con información confiable cultural y arqueológica a mano) empatizemos con los personajes en el texto a fin de comprenderlo mejor. Ahora, los detalles del mismo texto deben controlar este proceso a fin de guardarnos contra la subjetividad y el eiségesis —el insertar ideas ajenas al texto bíblico. (Traina recomienda captar la atmósfera de un pasaje bíblico.)

Lecc4_3_600pxExplicación: El principio hermenéutico que le da prioridad interpretativa al género didáctico por encima al narrativo en las Escrituras afirma la autoridad idéntica de ambos. Las porciones narrativas, como una película, presentan una historia literaria visual mientras que las doctrinales nos comunican enseñanzas directamente. Se da prioridad interpretativa a las porciones didácticas de la Biblia no porque ambas no enseñan verdades espirituales (verdad teológica y espiritual), sino porque las didácticas las comunican de manera explícita mientras que los pasajes narrativos lo hacen en forma más implícita. Ambas tienen igual valor para comunicar la verdad de Dios pero lo hacen de manera diferente. Así, ninguna interpretación percibida o posible de un relato narrativo puede contradecir la clara enseñanza de las porciones didácticas de las Escrituras.

Lecc4_4_600pxExplicación: Debemos interpretar lo implícito a la luz de lo explícito en las Escrituras a fin de no ver enseñanzas o implicaciones que no están en el texto bíblico. De manera que todo lo implícito debe tener una base clara en el mismísimo texto bíblico. Así esta regla nos protege de llegar a conclusiones injustificadas o connotaciones implícitas que no provienen necesariamente de los detalles explícitos en el texto bíblico, o que el texto niega explícitamente. Esto no quiere decir que no puede haber connotaciones implícitas, sólo que hay que asegurar que en realidad estén presentes. Podemos decir que no debemos leer nada entre las líneas que no sea respaldado por las líneas mismas.

Respuestas a las preguntas

  1. Sproul afirma que la norma de leer la Biblia como se leen otros libros representa la aplicación del principio de sensus literalis, o sea, la interpretación literal de la Biblia —como literatura. Las Escrituras se interpretan según normas conocidas de gramática y literatura. La norma no afirma que la Biblia sea igual a otros libros. Al contrario, la Biblia es única, inspirada por Dios e infalible o sea inerrante. Más allá, el Espíritu Santo nos ayuda a comprender las Escrituras y a aplicar sus enseñanzas a nuestras vidas. Pero dichas enseñanzas se comunican por medio de un libro, la Biblia, que utiliza patrones literarios, principios gramaticales, y figuras retóricas tales como las que se encuentran en la literatura de su época —y la nuestra.
  2. Sproul presenta su segunda regla con una advertencia de que ésta pudiera causar más problemas que soluciones. La regla se aproxima a la sugerencia de Robert Traina de que debemos prestar atención a la atmósfera de un pasaje, el ambiente o el tono emocional del mismo. La segunda regla de Sproul esencialmente sugiere que debemos tratar de entrar en el mundo de los personajes, o empatizar con ellos, a fin de poder apreciar las situaciones que enfrentaban y así alcanzar mayor comprensión del pasaje. El peligro con esta práctica se desprende del hecho de que muchas veces no sabemos lo que estaba en la mente, el corazón o las emociones de dicho personaje en la Biblia. Sólo podemos (y debemos) depender de la información explícita provista en dado texto bíblico. Por ejemplo, un predicador una vez dijo que Jonás huyó a Tarsis porque temía morir a manos de los crueles Ninevitas. Sin embargo, el libro de Jonás no indica que Jonás temía la muerte. Por el contrario, Jonás pide que lo echen al mar (Jonás 1:12), y al final del libro le pide a Dios que le quite la vida (Jonás 4:3). Más allá, el motivo para que Jonás huya se descubre al final del libro (Jonás 4:1-2). Por lo tanto no debemos leer entre las líneas sin haber estudiado cuidadosamente las mismas líneas. Algunos textos nos dejan saber algo de las emociones ya sea del escritor o de los personajes involucrados en el relato (véanse Jonás 1; Hechos 15:36-41; Romanos 9:1-5; 2 Corintios 1:3-11; Gálatas 2:11-21; 3:1-14). El peligro está en la subjetividad —en ver cosas que no están en el texto bíblico. Por lo tanto, el texto bíblico siempre provee el estándar objetivo y el control sobre la imaginación del intérprete. Con buena razón Sproul ofrece una advertencia.
  3. La tercera regla de Sproul dice que las narraciones históricas deben ser interpretadas a la luz de las porciones didácticas de las Escrituras. La cuarta afirma que lo explícito toma prioridad interpretativa sobre lo implícito. Así no debemos hacer firme declaraciones de lo que supuestamente está implícito en un pasaje si lo explícito o lo contradice o no lo afirma necesariamente. Estas dos reglas se parecen en que lo que queda claro en el texto bíblico se utiliza en la interpretación de lo que resulta más difícil interpretar. La analogía de la fe entra en juego en que ninguna parte de las Escrituras puede contradecir otra. De manera que los principios bíblicos claros obtenidos de pasajes doctrinales nos proveen las verdades que nos ayudan a interpretar las porciones narrativas de la Biblia. Nota: Los escritores bíblicos intentan enseñar teología por medio de narraciones históricas. Sin embargo, las enseñanzas de los evangelios u otros pasajes narrativos no pueden estar en conflicto con las verdades doctrinales hechas explícitas en las epístolas. Hay pasajes difíciles en las epístolas y los narrativos bíblicos. No obstante, los pasajes narrativos a veces presentan retos interpretativos más difíciles que las epístolas. Bajo la cuarta regla el Dr. Sproul trata el tema de la creencia en Jesús y la vida eterna. Invitamos a cualquier estudiante o lector que tenga dudas acerca de su propio destino eterno que lea el Evangelio según San Juan. Juan escribió para que creyéramos en Jesús a fin de disfrutar la vida eterna. Afirma sin equivocación que Dios garantiza vida eterna a los que creen en Jesús como Salvador: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. (Véanse también Juan 3:36; 5:24-25; 6:47; 11:25-27; 14:1-7; 20:30-31.)
  4. El Dr. Sproul sugiere esta pregunta como mejor alternativa: ¿Qué quiere Jesús que yo haga en esta situación? ¿Por qué sugiere esto Sproul? Sproul aboga que Jesús tenía una misión diferente que la nuestra. También, Él vivía bajo la Ley mientras que nosotros vivimos bajo la Gracia. Y, hay una diferencia entre lo permitido y lo obligatorio —entre lo que se puede hacer y lo que se debe hacer. Esto es, que debemos imitar la disposición y el carácter de Jesús, pero el hecho de que Jesús hizo ciertas cosas no significa que necesariamente estamos ordenados a hacer lo mismo. Hoy en día, nadie tiene la potestad para cambiar agua por vino o caminar sobre el mar.
  5. El lenguaje fenomenológico tiene que ver con lo que los sentidos captan sin miras a explicaciones técnicas o científicas. Significa el “lenguaje de la apariencia” que describe las cosas tal y como aparecen a simple vista (por ejemplo, la puesta del sol no significa que el sol en realidad baje). Críticos de la Biblia toman el lenguaje fenomenológico como representativo de afirmaciones a nivel de la precisión científica —cosa que dicho lenguaje no intenta hacer. A veces existen conflictos entre la ciencia y la Biblia ya sea a causa de una mala interpretación de la Biblia por estudiosos de las Escrituras o por conclusiones sin validez de la ciencia. En realidad no puede haber contradicción entre la Palabra de Dios y las operaciones y realidades científicas del mundo que Dios creó. Cuando los intérpretes y los científicos se rigen correctamente por las reglas de sus disciplinas respectivas no hay conflicto insuperable. Ahora, el lenguaje fenomenológico se usa todos los días para describir la salida y la puesta de sol, por ejemplo, y tanto el científico como el teólogo saben que no es la intención hacer proclamaciones científicas.