Progreso

Lección 3: Hermenéutica: La ciencia de la interpretación

Oct 2, 2014

Cómo estudiar la Biblia

Metas

  1. El estudiante aprenderá los tres principios fundamentales de la interpretación bíblica según los reformadores. (Meta cognitiva)
  2. El estudiante tomará consciencia del peligro del subjetivismo en la práctica de la interpretación de las Escrituras. (Meta afectiva)
  3. El estudiante aplicará los tres principios fundamentales de la hermenéutica al estudio de un libro corto de la Biblia. (Meta volitiva)

Objetivo

El estudiante continuará su propio estudio de un libro corto de la Biblia (3 Juan) consciente de los tres principios hermenéuticos principales de la Reforma.

Retos

    1. Completar la tercera lección:
      1. Leer el Capítulo 3 de Cómo estudiar e interpretar la Biblia.
      2. Completar las cinco preguntas de estudio.
      3. Leer el artículo Regresemos a la Biblia (tercera parte).
      4. Discutir las preguntas en el grupo de estudio. (El estudiante individual recibirá beneficio de dialogar acerca de las preguntas y sus respuestas con alguna amistad o amistades.)
    2. Utilizar los dibujos y sus explicaciones como ayuda de estudio mnemotécnica. (Nota: Estas ilustraciones se ofrecen como ayuda de estudio para los estudiantes. El alumno puede mirar los dibujos que explican algunos de los conceptos de la lección, leer la explicación que los acompañan, y entonces repetir los dibujos varias veces en una hoja de papel cualquiera hasta llegar a memorizar los conceptos.)
    3. El estudiante leerá 3 Juan y aplicará las Ocho preguntas a los vv. 5-10. Seguirá tomando en cuenta la perspectiva panorámica del libro, haciendo preguntas interpretativas y modificando, como sea necesario, las conclusiones preliminares alcanzadas en la lección anterior. Seguirá el desarrollo de un bosquejo visual de 3 Juan y pensando en el mensaje del mismo —el sujeto principal del libro, ¿de qué trata?, y el complemento, ¿qué dice al respecto?

ocho preguntas

Estas ocho preguntas guían el proceso de la observación y por lo tanto son nuestros “amigos” en este esfuerzo —aunque la pregunta ¿por qué? le pertenece más a la tarea de interpretación. Como ejemplo del uso de estas preguntas, ¿quién? se usa para descubrir “quienes” son mencionados en el libro. ¿A quién(es) es dirigido? ¿Quién lo escribió? entre otros.

 

Pregunta de discusión:

¿Cuál de los tres principios esenciales de la Reforma —referentes al estudio de la Biblia— considera usted es el más importante?

Cinco Preguntas

  1. ¿Cómo se define la palabra hermenéutica y cuál es su propósito? ¿Cuáles son los tres principios principales de la Reforma para la hermenéutica bíblica?
  2. ¿Qué significa Sola Scriptura y qué relevancia tiene en la actualidad?
  3. ¿Qué significa la “analogía de la fe” (o el principio Sacra Scriptura sui interpretes) y por qué representa la regla primordial de la hermenéutica? Con relación a este principio, el Dr. Sproul recomienda dos “filosofías” que podemos aplicar cuando pensamos que hemos hallado una contradicción. ¿Cuáles son y cómo se aplican a la práctica del estudio de la Biblia?
  4. ¿Qué significa interpretar la Biblia según su sensus literalis? ¿Qué importancia tiene reconocer los diferentes géneros de la literatura bíblica?
  5. ¿Cómo se define el método gramático-histórico? ¿Qué valor tiene para ayudar a asegurar el objetivismo en el estudio y la interpretación de la Biblia?

Dibujos explicativos

Estas ilustraciones han sido diseñadas a fin de proveerle una manera sencilla de organizar y memorizar cuatro puntos esenciales del capítulo. Tome una hoja de papel y reproduzca los dibujos de cinco a siete veces mientras piensa en el significado de cada cuadro. Luego tome otra hoja en blanco y reprodúzcalo de memoria con una breve explicación de su significado. Hemos provisto estas sencillas ilustraciones principalmente para aquellos que piensan que no saben dibujar bien. Si tiene talento para el dibujo (o deseos de dibujar) cree sus propios diseños a fin de memorizar puntos principales de estos capítulos.

Less3_1_600pxAExplicación: El principio de la analogía de la fe, Scriptura sui ipsius interpres, señala a Dios como el Autor final de las Escrituras. Dios garantiza la unidad de la Biblia a causa de Su dirección y supervisión de sus varios escritores a través de las edades. Como consecuencia de la unidad de la Biblia no hemos interpretado correctamente una porción de las Escrituras si contradice otra. Las Escrituras disfrutan de plena coherencia a causa de su Autor perfecto (y Su dirección de los autores humanos). En ese sentido, la Biblia se interpreta a sí misma.

Lecc3_2_600pxAExplicación: Interpretar la Biblia literalmente significa que debemos tratarla como literatura, esto quiere decir que la Biblia usa tanto afirmaciones directas como también figuras retóricas tales como la metáfora y el símil. Significa “hacer caso a la litera (latín), o a las letras y palabras que están siendo empleadas”. En otras palabras, es interpretar la Biblia como literatura “de acuerdo con las reglas normales de la gramática”.

Lecc3_3_600pxAExplicación: Todos nos acercamos a la Biblia con nuestros prejuicios subjetivos. El método gramático-histórico sirve como resguardo contra la subjetividad del intérprete. Nos motiva a estudiar la gramática, el vocabulario, y la sintaxis de un pasaje. Toma en cuenta el estilo literario y factores retóricos en el esfuerzo de comprender al texto bíblico en su contexto histórico original. Investiga la historia de los tiempos enfocados en cierto libro o pasaje de la Biblia como también su lugar en el contexto más amplio de la revelación progresiva de Dios, Su voluntad, y Su plan. En los Evangelios, por ejemplo, el lector debe tomar en cuenta que Jesús vivió bajo la Ley (que tuvo vigencia hasta Su muerte), y que a la vez éstos fueron escritos a personas que —como nosotros— ya vivían bajo la Gracia (véase Romanos 7:1-6; Gálatas 3; 4:4-5). Una comprensión de los factores culturales, por ejemplo, la perspectiva Judía acerca de los Samaritanos (cf. Juan 4:1-42; 8:48-58) nos ayuda en la interpretación de ciertos pasajes (Lucas 17:11-19; Hechos 8:1-25). Todas estas consideraciones ayudan al intérprete a discernir el mensaje bíblico tal como le llegó a sus recipientes originales.

Lecc3_4_600pxAExplicación: Leer un libro completo, sin interrupción, desde el primer versículo hasta el último, todo el mismo día, representa el secreto principal de comprender cualquier libro de la Biblia. Sin duda, leemos en dependencia del Espíritu Santo y Su ministerio de iluminación. Pero, por nuestra parte, tenemos que esforzarnos a reunir y captar la información que necesitamos a fin de comprender las Escrituras. Si tomamos el libro de Jonás como ejemplo nadie puede entender su mensaje hasta llegar al último capítulo ya que sólo allí descubrimos por qué el profeta desobedeció al Señor al principio. Hay que seguir el hilo y captar el mensaje panorámico de un libro si es que lo vamos a entender. Si uno recibe tres cartas de diferentes amigos y sólo lee una porción de cada una, nunca sabrá lo que cada autor intentó comunicar. Es igual con la Biblia. Muchos suelen leer una porción limitada de cada libro bíblico en lugar de leer libros completos —sin parar. Si leemos el libro completo, sea cual sea, de una sola vez (y varias veces) ganaremos una comprensión de las Escrituras que de otra manera no se podrá alcanzar.

Respuestas a las preguntas

  1. La hermenéutica se define como la ciencia de la interpretación. La hermenéutica trata de establecer normas para la interpretación. Las reglas intentan ayudarnos a extraer el sentido original de la Escrituras. Las normas de la hermenéutica nos ayudan a guardar la objetividad en el proceso de la interpretación —a buscar el sentido objetivo del texto bíblico. Los principios o enseñanzas de la Biblia se aplican en situaciones contemporáneas. Esto requiere comprensión del sentido original del texto bíblico: ¿Qué mensaje se le comunicó a la audiencia original? El intérprete se esfuerza para descubrir ese sentido con la ayuda de las normas o los principios de la hermenéutica.
  2. El principio de Sola Scriptura, o sólo las Escrituras, afirma que la autoridad suprema reside en la Biblia (como reflejo de su carácter como Palabra de Dios) y no en alguna persona meramente humana o algún concilio eclesiástico. Así el intérprete debe someterse siempre a la Biblia. Nota: Aun los apóstoles que comunicaban la verdad de Dios sin error tenían que someterse a la mismísima verdad que Dios les había revelado y que ellos habían comunicado. Vemos esto, por ejemplo, en el hecho de que el apóstol Pablo tuvo que regañar al apóstol Pedro no porque Pedro no comprendía lo que Dios había dicho, sino porque estaba actuando en contra a lo que él conocía como la verdad (véanse Gálatas 2; Hechos 15).
  3. La analogía de la fe refleja el principio Sacra Scriptura sui interpretes, que la Biblia sagrada se interpreta a sí misma. Las Sagradas Escrituras no se contradicen ya que tienen a Dios como Autor. Dios está tras todos sus autores humanos. Porque Dios no se contradice a Sí mismo, tampoco puede Su palabra hacerlo. El Dr. Sproul menciona dos importantes implicaciones o “filosofías” que se desprenden de este principio (y que entran en juego cuando pensamos que hemos encontrado alguna contradicción): la “filosofía de la segunda mirada” y “la filosofía del beneficio de la duda”. La “filosofía de la segunda mirada” aboga que si a primera vista nos parece haber visto alguna contradicción, debemos ofrecer “el beneficio de la duda” (es decir, dar por sentado que el problema está ya sea en nosotros estar equivocados, en carencia de información de nuestra parte, o en algún mal entendimiento de nuestra parte) y darle una “segunda mirada” al asunto. Dicha “segunda mirada” abarca reunir más información o reflexionar más hasta reconocer que en realidad no hay contradicción. Nota: Estas filosofías no implican que debemos cerrar los ojos ante algo que parezca presentar un problema. Al contrario, afirman la confiabilidad de las Escrituras. De manera que se estudia la Biblia con los ojos completamente abiertos con la plena confianza de que existe una solución y tarde o temprano la respuesta saldrá a la luz. Sproul básicamente aboga que si les ofrecemos a los autores humanos la cortesía de dar por sentado que la persona no intenta contradecirse a sí misma, ¿cuánto más debemos ofrecérsela a la Biblia?
  4. Interpretar la Biblia según el sensus literalis significa leerla literalmente. A primera vista, el principio de leer la Biblia literalmente parece estar abogando a favor de tomar todo textualmente. En realidad significa tratar la Biblia como literatura. Esto quiere decir que debemos prestarles atención a la gramática, la sintaxis, las figuras retóricas y al género y estilo literario. De manera que la Biblia incluye figuras retóricas, como metáforas por ejemplo y ha sido escrita con varios estilos y patrones literarios. (Nota: El hecho de que a veces la Biblia use metáforas o simbolismo no pone en duda su veracidad ni implica que las afirmaciones comunicadas en esos estilos no representen la verdad. Sencillamente representa comunicar la verdad en otro estilo.) Los géneros o diferentes clases de literatura nos ayudan en la interpretación. Por ejemplo, se da por sentado que los relatos históricos estén reportando historia real —y no alguna alegoría. En el caso de literatura poética, uno espera encontrar más figuras retóricas y quizás más énfasis sobre lo emotivo. Esto no quiere decir que libros de un género literario no incluyan facetas características de otros. Más bien, significa que hay patrones literarios que caracterizan libros o pasajes en su totalidad. Y estos patrones influyen en cómo interpretamos los detalles de un libro o pasaje. Por lo tanto, Sproul afirma que el análisis literario es “crucial para la interpretación exacta”.
  5. El método gramático-histórico significa lo que su nombre implica, que debemos interpretar la Biblia tomando en cuenta tanto la gramática y formas literarias, como también el contexto histórico de los hechos en el libro y la ocasión histórica en la cual fueron escritos. Este método enfoca nuestra atención sobre el sentido original del texto y así nos guarda de imponerle ideas del presente al texto. Así, el método nos protege contra la subjetividad potencial del intérprete. Nota: Este capítulo trata la posibilidad de “errores” gramaticales en las Escrituras. Debemos preguntar ¿cómo? o ¿por qué? es que el uso de una gramática inusual constituye un “error”. ¿No pudiera haber usado el escritor un estilo gramatical que este conforme a algún propósito o alguna forma compatible con el mismo pero inusual en términos de otras formas de expresión? Sin dudas, un error gramatical no cambia la verdad de una declaración comprensible (como Sproul afirma). No obstante, no debemos saltar a la conclusión de que la Biblia tiene errores gramaticales.

Nota: Es importante reconocer que no todos aceptan la prioridad de Marcos como el primer Evangelio escrito. Otros abogan por la prioridad de Mateo.