Redención particular (limitada)

Publicado por LOGOI

Precio: GRATIS

Enlaces a recursos

Comienza

Regístrate hoy Hágase miembro y acceda nuestro recurso

Redención particular (limitada)

De los archivos de Les Thompson

De los cinco puntos de la Teología Reformada el menos comprendido —y más batallado— es el de la Redención Particular (limitada). Como dijo San Agustín en cuanto a la muerte y sangre de Cristo: “Suficiente para todos, eficiente sólo para los elegidos” (Sufficienter pro omnibus, efficienter pro electis).

Enseñamos:

  1. que la obra de Cristo en la cruz es absolutamente infinita en su valor y por lo tanto en su potencialidad,
  2. que es aplicable a todo ser en todos los tiempos,
  3. y que por medio de la predicación ha de ser ofrecida a toda persona. Además, estamos de acuerdo con la mayoría de los evangélicos que la efectividad de esa muerte es particular en sus resultados finales, ya que no todos los hombres irán al cielo.

Donde viene el conflicto es cuando decimos, y enseñamos, que la muerte de Cristo fue particular en su diseño y en su intención. Los críticos acuden a textos como Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo … para que todo aquel que crea no se pierda”, indicando que Cristo murió para que por lo menos, hipotéticamente, todo hombre pudiera ser salvo.

El particularista retoma con el texto: Juan 17:9 “Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado; porque tuyos son“. Y reforzarnos el argumento reclamando la soberanía de Dios: «¡Cuándo Cristo se propone salvar un alma, la salva!»

¿Cuáles ideas debiéramos considerar al estudiar —calmadamente— este tema?

  1. El sentido de la expresión “mundo”. (Por ejemplo, Dios amó al mundo.). ¿De qué se trata? Ese vocablo es usado distintamente en la Biblia. A veces quiere decir:
    1. Universo (Hch 17.24).
    2. La tierra —los habitantes (Jn 13.1; Ef 1.4).
    3. La humanidad (Ro 3.19).
    4. Preocupaciones naturales —sufrimientos, posesiones, etc. (Mt 16.26).
    5. Lo que es hostil a Dios —sistema de pensamiento humano (Jn 12.31).
    6. La humanidad —sin incluir los creyentes (Jn 15.18).
    7. Gentiles —en contraste a los Judíos (Ro 11.12).
    8. El mundo étnico universal —judío–gentil (2 Co 5.19).

Cuando se dice que «Dios amó al mundo», ¿en qué sentido se lo dice? Viendo todas las posibilidades, tenemos que dedicamos a estudiar el contexto del pasaje junto con las enseñanzas generales de la Biblia. Aquí ¿se usará en sentido de “cada persona”, o en sentido de los pueblos o naciones (grupos étnicos) de entre los cuales el “llamará un pueblo para gloria de su nombre“?

  1. En cada uno de los ejemplos siguientes se entiende a simple vista que se refiere a “todos sin excepción” o a “cada persona”. Pero al estudiar las implicaciones del sentido de “todo”, vemos que no siempre se puede tomar literalmente, sino en sentido general.
    1.  Gn 6.7: Y dijo Jehová:Arrasaré de la faz de la tierra los seres que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo; porque lamento haberlos hecho“, pero, no mató a todos, pues salvó a Noé.
    2. Mr 5.33: Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, fue y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad, (seguramente queriendo decir la verdad acerca del incidente únicamente, no todo lo que le hubiera ocurrido en su vida).
    3. Mr 1.5: Y salía a él toda la provincia de Judea y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Aquí obviamente no habla de que cada persona (hombre, mujer y niño) fue de Judea y Jerusalén, sino el sentido es de una gran multitud.
    4. 1 Co 10.23: Todo me es lícito, pero no todo conviene. Todo me es lícito, pero no todo edifica. Ciertamente ese “todo” no incluye el homicidio ni el adulterio, mas bien se refiere a cosas aprobadas por Dios, pero que en ciertas situaciones no son convenientes hacer.
    5. 1 P 4.7: El fin de todas las cosas se ha acercado. Sed, pues, prudentes y sobrios en la oración. De nuevo, no se puede tomar literalmente (Dios es eterno, no tiene fin). Se refiere, mas bien, a lo pasajero de este mundo.

Vemos así que hay una hipérbole en el uso de palabras en la Biblia, por lo tanto, tenemos que estudiar el contexto y la enseñanza bíblica en general al interpretarla. A continuación unas definiciones:

Los que creen que la Biblia enseña «Redención Particular» usan varias expresiones que necesitan una clara definición:

  1. Universalismo étnico: con esta expresión quieren decir que hay personas seleccionadas por Dios de entre las todas las naciones y tribus de la tierra. Creen que en pasajes como Jn 3.16 y Mt 28.19. La frase «a todas las naciones» se refiere más bien a “agrupaciones de gente” en lugar de a un individuo en el mundo (véase a Jn 12.32 y a Ap 5.9-10). (Esta es la creencia de los calvinistas.)
  2. Universalismo distributivo: la expresión se usa para aquellos que sostienen que se refiere a todas las personas del mundo, de manera individual, sin distinción. Se aplica Juan 3.16. (Esta es la creencia de los arminianos.)
  3. Universalismo indiscriminado: por esta expresión se entiende que a cada persona sin discriminación de color, raza, lengua, etc., se le ha de ofrecer el evangelio. (Aceptado por los calvinistas.)

De inmediato podemos ver, por estas diferenciaciones, que se puede interpretar a Juan 3.16 de distintas formas. A su vez, debemos saber cómo lo estamos interpretando cuando tratamos el texto.

Ahora, con las aclaraciones que tenemos, podemos ver que la aplicación real de la redención del hombre pecador se ve de forma distinta por los arminianos y por los calvinistas:

La Redención obrada por Jesucristo:

  1. Su intento:
    • Arminianos: toda la humanidad.
    • Calvinistas: los elegidos (la iglesia).
  2. Su alcance:
    • Arminianos: todo ser humano.
    • Calvinistas: los elegidos (la iglesia).

En el debate, entonces, se discuten dos puntos de vista diferentes:

  1. Los que respaldan el concepto de la soberanía de Dios
    1.  El hombre está “muerto en sus delitos y pecados” (Ef 2.1), “no busca a Dios” (Ro 3.11), por lo tanto no tiene ni la habilidad ni el deseo para buscar y responder sin que Dios le de vida. (Juan 6.44: Nadie puede venir a mi, a menos que el Padre que me envió lo traiga.)
    2. Dios es soberano; él llama y cambia el corazón.
    3. Nadie le resiste.
    4. Él está en completo control, no el ser humano. Por ejemplo, no fue suficiente que Lidia oyera el evangelio por parte de Pablo. Primero Dios tuvo que abrir su corazón: “Entonces escuchaba cierta mujer llamada Lidia, cuyo corazón abrió el Señor para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Era vendedora de púrpura de la ciudad de Tiatira, y temerosa de Dios” (Hch 16.14).
      xx
  2. Los que respaldan el concepto de la soberanía humana (que llaman «responsabilidad humana»:
    1. Dios espera hasta que el hombre actúe, para él después responder.
    2. El hombre tiene el deber de responder por fe, y sin esa respuesta no es posible que se salve (¿no importa que sea “elegido”?), porque la salvación viene por “creer”.
    3. El hombre ha sido dotado con libre albedrío, y tiene la fuerza natural para buscar a Dios y encontrarlo; usan textos como Hch 17.27: “para que busquen a Dios, si de alguna manera, aun a tientas, palpasen y le hallasen. Aunque, a la verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros” y Hechos 10.35 “sino que en toda nación le es acepto el que le teme y obra justicia (Dios responde al que sin conocerle le teme y hace lo bueno) y Hebreos 11. 6: Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan“.

Finalmente, cuando se trata del tema de la «fe» vemos que también hay una diferencia de opinión notable:

  1. Los arminianos desligan la «fe» del actuar divino y lo hacen parte del libre albedrío, parte de la naturaleza del hombre.
  2. Los calvinistas ven a la «fe» como algo especial, ya que el hombre está muerto espiritualmente y no puede hacer absolutamente nada a su favor. Esa «fe», pues, tiene que ser producida en el pecador por el actuar de Dios en el corazón, parte de la obra de la regeneración (Ef 2.8-9).

No pensemos que estas diferencias entre los arminianos y calvinistas son caprichosas y sin importancia. Ya que se trata del alma eterna de los habitantes de la tierra, son vitales. Merecen nuestra cuidadosa atención y estudio.