¿Qué se entiende por Eva espiritual?

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¿Qué se entiende por Eva espiritual?

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PREGUNTA:

¿Qué se entiende por la Eva espiritual?, ya que la Eva terrenal fue formada de la costilla de Adán, la Eva espiritual, ¿dónde, cómo, y cuándo fue formada?

RESPUESTA:

Por “Eva Espiritual” se hace referencia a María, la madre de Jesús. La idea es que tal como con la “Eva terrenal” (por la cual toda la humanidad tiene vida), con la “Eva Espiritual” tenemos acceso a la vida espiritual que Dios ofrece. En un artículo extenso publicado por la agencia noticiosa católica (Aciprensa, feb. 2009) Bertrand de Margerie S.J. expone sus ideas en cuanto a “la maternidad espiritual de María en el pasado, el presente y el futuro de la iglesia y del mundo”. Basándose principalmente en argumentos expuestos por Juan Duns Scot (un teólogo católico medieval), Margerie llega a conclusiones que no tienen base firme en la Biblia. Nótese que la argumentación usada es sumamente filosófica y basada en conclusiones de teólogos católicos. No está basada en lo que enseña la Biblia. Del artículo escojo tres ejemplos de pensamientos errados —bíblicamente hablando:

Así como el Nuevo Adán, Jesucristo engendró a la humanidad para la vida sobrenatural y divina por su muerte en la cruz; de igual manera María colaboró en la regeneración espiritual de los hermanos, según la carne, de su Hijo único esencialmente por su compasión al pie de la cruz y por la aceptación de su muerte futura como una participación en el sacrificio de su Hijo.

En resumen, si el universo fue creado para María, a su imagen, fue creado también a causa de ella; tanto como decir que María “se vuelve secundariamente, y en dependencia de su Hijo, la causa meritoria de todos los bienes”; no solamente de la gracia y de la gloria, sino también del ser y de la naturaleza.

Conclusión: los principios fundamentales de la mariología incitan a los teólogos a contemplar y expresar la amplitud histórica y cósmica de la maternidad espiritual de la Madre de Dios. Lo triste de la elevación que se hace a María —hasta colocarla a la par de Jesucristo— es que nuestros ojos ya no ven al Hijo sino sólo a la madre.

La gran pregunta bíblica y espiritual es: ¿Nos cura Jesucristo o nos cura María? Por decirlo de otra forma: si yo estoy enfermo no salgo a buscar a la madre del médico, necesito ver al médico. El que vino a curar mi mal espiritual fue aquel bebé que nació de María. El mismo que murió en la cruz en mi lugar—no fue María, fue Jesús. El único que me puede curar de mi pecado es Jesucristo. Como dice la Biblia: Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hechos 4:11-12). Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? [preguntó el carcelero]. San Pablo contestó: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa (Hechos 12:30-31). Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo (1 Corintios 3:11).

Para contestar la segunda parte de su pregunta, “Y la espiritual dónde, cómo y cuándo fue formada”, tendríamos que decir que hoy al ensalzar a María, como hemos visto, se procura establecer otro fundamento para nuestra salvación que no es Jesucristo. Ahí está el error: hemos llegado a pensar que la Madre tiene más o igual poder salvador que el Hijo. Por hermosa, privilegiada y honrada que fue la madre de Jesús, la Biblia en ninguna parte permite que ella sea elevada como co-redentora o co-salvadora. Confiar en ella para la salvación es igual a confiar en la madre del médico cuando necesitamos ser curados.

Les Thompson
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