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PREGUNTA:
He leído un estudio acerca de la muerte del Señor hecho por un apologista cristiano conservador y dice algo que nunca antes había yo pensado y quería saber cual es su opinión: Dice que el Señor Jesús en su naturaleza humana representaba al hombre antes de la caída pues Él no tenía pecado y por lo tanto entendiendo que antes de la caída no existía la muerte (sino que esta entró al mundo por causa del pecado). Jesús era inmortal. Él no tendría que haber muerto nunca, no es que si no moría en la Cruz moriría a los 90 años de muerte natural o enfermo, sino que simplemente Él no moriría, incluso Él hubiera podido sostener su vida indefinidamente en la Cruz. Pero por lo que explica este apologista esto es el Sacrificio Vicario de Cristo “Que Él entregó su vida nadie se la quitó, nadie mató a Jesús” Juan 10:17-18, sino que Él voluntariamente ENTREGÓ EL ESPÍRITU. La verdad lo que dice me parece lógico y con sustento Bíblico, pero he escuchado tantas veces enseñar acerca de las causas “médicas” de la muerte de Jesús que me parece que estas ideas chocan entre si, ¿usted qué opina?
RESPUESTA:
- En primer lugar, hay una gran diferencia entre Jesús y Adán. El Hijo de Dios era la Segunda Persona de la Santa Trinidad, Dios eterno, todopoderoso, infinito, omnipotente, omnisciente y omnipresente. Adán era una mera criatura. Aunque Adán cuando fue creado lo fue en perfección —una criatura sin pecado, y como el primer hombre, era perfecto en todo sentido de lo que es un ser humano— pero NO ERA DIOS. En otras palabras, a parte de que Adán no tenía pecado, y la verdad que Dios no tiene pecado, no hay comparación entre los dos. Dios en Cristo se humanó, y fue 100% por ciento hombre; a su vez fue 100% Dios. Porque asumió humanidad pudo morir. En otras palabras, en su humanidad tuvo cierto parentesco con el primer hombre, Adán. A su vez, al ser el DIOS-HOMBRE no hubo semejanza entre ellos dos.
xx - En segundo lugar, como dice el evangelio: El Hijo del hombre vino para buscar y salvar a los perdidos (pecadores). Para realizar esa misión el tuvo que morir (pues fue el sustituto de todos los pecadores al recibir el juicio de Dios sobre la cruz (“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” gritó como resultado). Un libro en inglés, escrito por un amigo mío, se titula: ¡Nació Crucificado! El vino para morir, por tanto es mera especulación de que él pudiera haber sostenido su vida indefinidamente en la cruz. Quizás para algunos esa idea les dé un lindo pensamiento, pero cuando uno se da cuenta de lo espantoso y horroroso que es una muerte de cruz, tal idea en relación a Jesucristo es inimaginable. Por eso resucitó al tercer día, la muerte no podía contenerle.
xx - Cierto es que Cristo entregó su vida y voluntariamente fue a la cruz —por ti y por mí— pero es igualmente verdad que fue matado por manos humanas, como declaró Pedro en su sermón el día de Pentecostés: a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole. Por ese crimen de matar a un hombre inocente fueron culpables y enjuiciables, y todos ellos que no hayan respondido al favor del perdón que hay en Jesucristo un día rendirán terrible cuenta.
xx - Finalmente, el que Jesús hubiera muerto como resultado de su crucifixión no demanda ciencia médica. Cualquiera que ha sido clavado en las manos y los pies, y puesto en una cruz, va sangrar hasta gradualmente expiar. Yo también he leído artículos médicos sobre su muerte. Son interesantes, pero en gran parte pura especulación. Es cierto que es interesante lo pronto que murió, en contraste a los dos que fueron crucificados junto a él. La diferencia estriba, creo yo, a cuenta de que los dos criminales murieron normalmente, pero Cristo murió quebrantado por el dolor y la pena de cargar con nuestros pecados. Ahí está algo, es decir, un tipo de muerte que la ciencia médica ni nadie puede explicar.
Espero que estas explicaciones le ayuden al contemplar sobre la muerte de Jesucristo. A su vez, que llenen su corazón de gratitud al recordar que fue a la cruz porque tu y yo necesitábamos un Salvador. Esa es la verdad que tiene que resaltar cuando analizamos todo lo que ocurrió aquel terrible y a la vez glorioso día.
Les Thompson