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por Les Thompson
(Principios bíblicos para el esposo)
Lectura bíblica: Génesis 24:63-47
Abraham manda a su siervo Eleazar a buscar esposa:
Gén 24:37-38: Mi amo me hizo jurar, y me dijo: “No tomarás para mi hijo una mujer de entre las hijas de los cananeos, en cuyo país habito. Al contrario, irás a la familia de mi padre, y le buscarás una esposa entre las mujeres de mis parientes”.
La respuesta de Dios a la oración de Eleazar:
Gén 24:13-14: He aquí que yo estoy junto al manantial de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad vendrán para sacar agua. Sea, pues, que la joven a quien yo diga: Por favor, baja tu cántaro para que yo beba, y ella responda: Bebe tú, y también daré de beber a tus camellos; sea ella la que tú has destinado para tu siervo, para Isaac. En esto conoceré que has tenido misericordia de mi señor.
Así mismo sucedió:
Gén 24:63: Y Eleazar regresa con Rebecca: Hacia el atardecer Isaac había salido al campo para meditar, y alzando sus ojos miró, y he aquí unos camellos que venían. También Rebeca alzó sus ojos, vio a Isaac y descendió del camello. Porque había preguntado al siervo: “¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?”, y el siervo había respondido: “El es mi señor.” Entonces ella tomó el velo y se cubrió. El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho. Luego Isaac la introdujo en la tienda de Sara, su madre, y tomó a Rebeca, que vino a ser su mujer; y él la amó. Así se consoló Isaac… después de la muerte de su madre.
Gén 2:18: Dijo además Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea.
Efesios 5:25-28: Esposos, amad a vuestras esposas, así como también Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, a fin de santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra, para presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que sea santa y sin falta. De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.
Introducción
Vivimos hoy en un mundo donde predomina el relativismo:
1. La verdad es relativa.
2. Se determina por nuestras preferencias personales.
3. No hay tal cosa como verdad absoluta.
4. Descartan a la Biblia y sus postulados.
5. Sostienen que lo que dice la Palabra de Dios es “muy cerrado”
— No permite flexibilidad, ni da lugar a otros postulados.
Cuando se trata de temas controversiales —por ejemplo, el matrimonio— el relativista dice cosas como “la verdad del matrimonio es lo que yo pienso que es; no lo que dice la Biblia”. De hecho, destronan a Dios y se colocan a sí mismos en su lugar.
Al contrario, el que cree en el verdadero Dios:
1. Asevera que la Biblia es la revelación de Dios,
2. La Biblia contiene la información que necesitamos acerca de Dios y de nosotros mismos.
Cuando tratamos temas como el del hogar:
1. Lo que dice la Biblia al respecto es la verdad monda y lironda (plena y simple).
2. El creyente lo acepta, y ajusta su vida a lo que Dios enseña,
3. Porque el Creador sabe qué es lo que más nos conviene.
Basándonos, pues, en esa autoridad bíblica, afirmamos que:
- El esposo es cabeza del hogar
San Pablo describe los papeles respectivos del esposo y la esposa.
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Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia (Ef 5:22-29).
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Lo que resalta de este pasaje es:- Dios ha nombrado al hombre como la cabeza del hogar.
- El apóstol dignifica y define esa obligación al compararla con la relación que Jesucristo tiene con su Iglesia.
- El rol sacrificial del esposo —así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.
- El rol sacerdotal del esposo —para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga.
- El rol servicial del esposo —nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida
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- El esposo no es un dictador
- Dios puso al hombre al frente del hogar como cabeza
—para dar dirección y mantener orden;
—no como dictador. - El esposo NO ha de proceder de manera déspota.
- Cristo el ejemplo de dirección (no impone imperativamente su voluntad).
- Cuando el esposo se porta con conducta autoritaria demuestra que sufre de problemas emocionales.
- Bajo el manto de ser “cabeza del hogar”, ventila sus frustraciones descargando sobre su familia las demandas enfermizas de su ego.
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- Dios puso al hombre al frente del hogar como cabeza
- El esposo no es superior
En Cristo no hay varón ni hembra (Gá 3:28)- Quiere decir que ninguno es más importante que el otro.
- Hay igualdad moral, pero funciones distintas
- Por ser “cabeza” del hogar, no es “superior”
1 Corintios 11:3: Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza de Cristo.
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- El esposo buscará la ayuda y el consejo de la esposa.
Introduciendo su exhortación acerca del hogar, el apóstol Pablo dice: Someteos unos a otros en el temor de Dios (Ef 5:22).- Las opiniones respectivas deben tener la misma consideración.
—Puede haber ocasiones en que el esposo tenga que tomar una decisión que esté en desacuerdo con su esposa. La deberá seguir. - Debe escuchar a su esposa
- Darle todo mérito a la opinión o las sugerencias de ella.
- Ella fue creada como “ayuda idónea”.
- Triste cuando el esposo se llega creer tan sabio que no necesita la ayuda de nadie. “Someteos unos a otros en temor de Dios.”
- Sabio es el hombre que antes de decidir en algo busca el consejo de la que es su ayuda idónea.
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- Las opiniones respectivas deben tener la misma consideración.
- A veces el esposo puede equivocarse.
- El esposo no puede eludir la responsabilidad. Sea su decisión correcta o incorrecta, es el hombre el que tiene que responder ante Dios por las decisiones que tome.
- Es él el que pone la mano en el timón, el que dirige. No es el elemento pasivo, sino el activo.
- Dios nunca hará responsable a la mujer por una decisión del marido. Pero ella sí será responsable si no se somete a su esposo.
- Como humanos que somos cometeremos errores.
- La mujer que critica a su marido por haber tomado decisiones que resultaron equivocadas no conoce su propio corazón.
- Dios demanda de la mujer respeto a su marido, pues es él quien tendrá que dar cuentas a Dios. (Sígalo con aprecio y lealtad a pesar de sus errores).
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- El esposo como amante.
San Pablo declara: Maridos, amad a vuestras mujeres así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella (Ef 5:25).- El hombre: no sólo es la “cabeza”, sino también el “corazón” del hogar.
- La cabeza provee la dirección;
- El corazón crea el ambiente de afecto.
- El hombre debe ser un guía amoroso.
- Si dirige sin amor, es un déspota;
- Si es amante sin aptitud de dirigente, es sólo un sentimental.
- La felicidad del hogar depende de la proporción adecuada de cabeza y corazón.
- ¿A qué clase de amor se refiere el apóstol?
- Es un amor con la calidad de Cristo.
- Cristo en ocasiones permite que la iglesia sufra.
- Un amor verdadero hace siempre lo que es mejor, aunque en ello a veces vaya envuelto el sufrimiento del objeto amado.
- El hombre habrá de amar a su mujer como a sí mismo (Ef 5:28).
¡Imaginad el hogar donde el esposo ama como ama Cristo!- Es un amor que da, y vuelve a dar, y sigue dando no importa la respuesta.
- Un amor que toma la iniciativa para actuar correctamente en toda situación, no importa cómo se le corresponda.
- ¿No es así el amor de Cristo para con nosotros?
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- El hombre: no sólo es la “cabeza”, sino también el “corazón” del hogar.
CONCLUSIÓN
- Cómo tratar a la esposa.
En su libro, Tender Warrior (El guerrero tierno), el Dr. Willard Harley dice: “Un hombre puede tener las mejores intenciones de satisfacer las necesidades de su esposa, pero si cree que las necesidades de ella son iguales a las suyas, fracasará miserablemente”.
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(Permítanme tomar y adaptar algunas ideas de este libro:)
xx - El escaparate/La caja de herramientas de los hombres:
- La caja esta dividida en un sinnúmero de divisiones/departamentos.
- Allí, en cada uno, tenemos nuestras cosas.
- Destornilladores, alicates, martillos, tuercas, etc.
- Pequeños compartimientos con divisores: para cada tamaño de tuercas, tornillos, grapas, departamentos con cosas que suele saber dónde están.
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Como hombres, vamos de un compartimiento a otro. Concluimos que la vida esta igualmente compartamentalizada. La gran sorpresa de la vida es que la estructura emocional de la mujer es totalmente diferente.
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- La mujer se parece más a un río… y ese río fluye y fluye y fluye.
(Se ha calculado que el hombre usa 19,000 palabras al día. La mujer usa 26,000.)xx
Llego a mi casa:
El río comienza a fluir:
—”Hay, te he estado esperando todo el día, Sabes que el fregadero…”
y el río fluye
—”Y sabes, recibí una llamada de tu madre, la pobre esta…”
y el río fluye
—”Ah, y llame al almacén de ropa, ¿Te acuerdas del vestido…”
y el río fluyeNo hay nada compartamentalizado —¡todo corre como un río!
xx - Lo que tenemos que aprender:
- Cerrar esa caja donde guardamos las herramientas.
- Buscar nuestras botas de agua.
- Meternos al río.
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