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A Leonor, fiel esposa, compañera,
e inspiradora de todos mis proyectos.
—Ismael
El Movimiento de avivamiento espiritual que estalló en el siglo dieciséis, conocido en la historia como la Reforma, respondió a un anhelo de volver a las fuentes originales del evangelio, temporalmente obstruidas por la corrupción y el formalismo dentro de las propias filas eclesiásticas.
La onda de inquietud espiritual se manifestó primero en los precursores y luego en las grandes figuras —Lutero, Calvino— que actuaron como factores históricos operantes. Pero sus raíces se encuentran mucho más atrás, por ejemplo en San Agustín, para no mencionar a los mismos apóstoles, en particular a San Pablo.
En su esencia, la Reforma consiste en la restauración de la autoridad de las Escrituras, gradualmente relegadas a un segundo plano por una maraña de tradiciones eclesiásticas y por el desarrollo excesivo de la autoridad papal. De aquí que los dos pilares fundamentales en que descansa el edificio de la Reforma sean (1) el principio de la autoridad de las Escrituras como único norma de fe y conducta, y (2) el del sacerdocio universal de todos los creyentes.
El presente tomo del Dr. Ismael Amaya logra con sencillez y claridad, dar una equilibrada visión panorámica de la Reforma. Es un refrescante repaso histórico que de manera positiva contribuye a la reafirmación de la fe evangélica.