Estimados hermanos,
Cuando algo importante te sucede, ¿qué haces para no olvidarlo? Los acontecimientos inolvidables de la vida exigen tipos especiales de monumentos. Es común, por ejemplo, dejar un álbum de matrimonio en un lugar visible en la sala del hogar. A una mujer, en particular, le encanta mirar las fotos que le recuerdan los acontecimientos importantes. Casi cualquier cosa puede llegar a ser un monumento especialmente conmemorativo.
Cuando Dios dividió las aguas del desbordado río Jordán para que Israel pasara a la tierra prometida, Josué dio instrucciones a cada uno de los doce representantes seleccionados de las tribus para que tomaran una piedra del lecho del río. Al «otro lado del Jordán» habían de levantar un monumento perdurable, especialmente para que todo Israel lo viera, «para que esto sea señal entre vosotros; y cuando vuestros hijos preguntaren a sus padres mañana, diciendo: ¿Qué significan estas piedras? les responderéis: Que las aguas del Jordán fueron divididas delante del arca del pacto de Jehová… y estas piedras servirán de monumento conmemorativo para siempre» (Jos 4.6, 7):