La importancia de la Navidad

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La importancia de la Navidad

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por José Martiz, Cuba

Tercer Premio Concurso Literario de Ministerios LOGOI, Diciembre 2007

“Navidad, ¡qué felicidad! ¡Es un día de alegría y de dulces melodías! Hoy es Navidad, ¡qué felicidad!” Esta letra con una preciosa y sencilla melodía la recuerdo desde muy pequeño en medio de mi hogar y de la congregación a la que pertenecían mi madre y mi hermana que fueron las primeras que se entregaron al Señor Jesús en mi familia.

Pasaron los años y cuando tenía 15 sucedió un hecho político y social muy impactante en mi país, Cuba. Triunfó la Revolución trayendo un cambio radical que llegó a manifestarse posteriormente como una Revolución Socialista, con una doctrina materialista y atea que se promovía en todas las esferas. Lógicamente, se manifestó de manera clara en contra de la fe cristiana, del trabajo de las Iglesias y del testimonio de vida de los cristianos.

En la primera fecha de Navidad de esta etapa, en diciembre del 1959, se escuchaba este canto en las emisoras de radio y cuando usted se comunicaba telefónicamente escuchaba: “Muy bienvenido, Cristo bendito, ahora veras todo alegre; muy repartido y bonito”.

Unos años después ya no hubo más vacaciones en el tiempo navideño. Se acabó el llamado “aguinaldo” que todo trabajador del sector privado o estatal recibía para ayudarle económicamente en sus días de celebración familiar. Se acabaron los adornos típicos de luces. Muchos regalaron o botaron sus arbolitos. También recuerdo, por experiencia en la zona donde trabajaba como pastor, que el primero de enero, solo unos días después de la fecha escogida para celebrar el Nacimiento de Cristo, se convirtió en la celebración del Triunfo de la Rebelión. Algunos, en su deseo de que el pueblo cubano olvidara la Navidad o para que no los confundieran, prohibían que se adornara para la fiesta política antes del 26 de diciembre.

Si para un pueblo cristiano en el mundo ha sido importante la Navidad, puedo decir hoy con toda responsabilidad y experiencia, es para el pueblo cubano. En medio de este ambiente descrito, digo responsablemente que nunca dejamos de celebrar el Nacimiento de Cristo. Cada iglesia por pequeño y reducido que fuera su grupo, preparaba su Cantata de Navidad y su Dramatización de acuerdo a la narración Bíblica. Adornábamos con pedazos de bolas rotas, nuestras ramas de pino de los campos o cualquier rama de árbol, y nos reuníamos en familia para comer lo que hubiera, aunque no fueran los típicos alimentos que todo cubano siempre trató de tener en esos días. Organizamos intercambios de regalos porque, si Dios nos había regalado a Su Hijo Unigénito, queríamos de alguna manera expresar nuestro amor los unos hacia los otros para recordar el regalo que Dios nos envió: su Hijo Jesús.

Nos sorprende y nos asusta un poco aunque no tenemos acceso a mucha literatura mundial, saber que hay hermanos en la fe que rechazan la celebración de la Navidad y el celebrar como cristianos el nacimiento de nuestro Salvador. Los cubanos muchas veces celebramos en otro tiempo los cumpleaños de nuestros niños, no en la fecha real en que nacieron. Esperamos que llegaran los artículos de cumpleaños en el mercado del pueblo donde debíamos recibir la cuota de alimentos. Nos reuníamos todos felices el DIA que podíamos, invitábamos y disfrutábamos del DÍA del cumpleaños aunque no fuera en la fecha real. Pienso siempre que el no saber exactamente cuándo cronológicamente nació Cristo no impide para nada que juntos, felices, llenos de gratitud a Dios celebremos su cumpleaños y demos al mundo el mensaje por todos los medios que dieron los ángeles aquella noche. “Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” (Lc 2:11).

Nosotros los cristianos cubanos que vivimos en Cuba, así como los cubanos que ahora viven en tantos otros países del mundo, tuvimos el privilegio de saber directamente que la Navidad es una fiesta cristiana porque por años, los únicos que daban a conocer de alguna manera que estábamos de fiesta el 25 de diciembre o en los alrededores de esa fecha éramos nosotros.

Hoy, nuevamente, el 25 de diciembre es día feriado en Cuba. No se trabaja, no hay clases en las escuelas, las tiendas están adornadas y se presenta un concierto de Navidad por una coral de miembros de diferentes iglesias Evangélicas por la televisión. Pero podemos decir que nunca, ni por nada, ni por nadie, un cristiano cubano de convicciones firmes, fe sincera y vida consagrada al Señor y a Su Iglesia ha dejado de reconocer la importancia de la Navidad. Hoy le toca a nuestros hijos, que en aquel tiempo eran pequeños, y a nuestros nietos, que de ellos aprendieron, a celebrar el nacimiento de Cristo, y estamos seguros y tranquilos de que hasta que Cristo vuelva a la tierra —digan lo que digan algunos— siempre habrá cristianos celebrando la Navidad. Siempre habrá cristianos que RECONOZCAN LA IMPORTANCIA DE LA NAVIDAD.

AMEN.