GP Biografía 17: Martín Lutero: Esposo, padre, músico

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GP Biografía 17: Martín Lutero: Esposo, padre, músico

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por Juana de Bucana

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”
(Ef 2:10)

Mucha gente se plantea: “¿Qué son las buenas obras?” Quienes formulan esa clase de preguntas casi siempre creen que son las que describe el apóstol Santiago: “Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones” (1:27), pero particularmente pienso que son todas aquellas actividades que se enmarcan dentro de la voluntad de Dios. En ellas se incluyen las de caridad —como las que refiere el apóstol—, pero además están las obras creativas que muestran la imagen de Dios en nosotros (Gé 1:27). Entre éstas, la más significativa es la que nos constituye en progenitores: padre o madre. En cuanto a ello, dice un refrán popular que para que una persona se sienta realizada por completo en esta vida tiene que haber logrado tres cosas: tener un hijo, escribir un libro, y sembrar un árbol.

No sé si Lutero sembró un árbol, pero se realizó en las otras dos acciones —padre de familia y autor de libros— además de que era un excelente músico. Aquí enfocaremos algunas facetas de la actividad creadora de Martín Lutero: esposo y padre, y músico.

Martín Lutero Antes De Su Matrimonio

Debido a las reformas promulgadas por Martín Lutero y sus discípulos, en Alemania, muchos frailes, monjes y monjas salieron de los monasterios y conventos para volver a la vida secular. Ya en 1525, casi todos los frailes habían abandonado el monasterio agustiniano de Wittenberg. Lutero, sin embargo, se quedó viviendo allí. Su estilo de vida era algo desorganizado. Él mismo escribió de sí: “Antes de casarme, no tendí mi cama durante un año entero”.[1]Paul Thigpen, Christian History No. 3, 1993, XII:14

Mucho antes de su boda, escribió sobre la institución del matrimonio; pensaba firmemente que necesitaba ser reformada tanto como la iglesia. Criticó con dureza, además, las ideas contemporáneas opuestas a la mujer y el matrimonio, a la vez que defendía la dignidad de ella y la bondad del matrimonio. Los reformadores, al liberar a las monjas de sus encierros en los conventos, creían que las estaban librando de la “represión sexual, depravación cultural y dominación por parte de los clérigos y religiosos varones”.[2]Steven Ozment, Ibid., p. 22. Lutero, al igual que sus compañeros, alentaba a los padres a retirar a sus hijas de los conventos. Creía que muchas de esas mujeres ejercían la vida monástica contra su propia voluntad.

Afirmaba que el matrimonio era la única forma de llevar una vida moralmente correcta, y que la unión de los dos sexos era un principio de la naturaleza. Pensaba que la compasión innata de la mujer dentro de un buen matrimonio es la fuerza que impulsa al hombre a ser compasivo también; que el papel de ella —al moldear la sociedad a través de su ejemplo y la enseñanza a sus hijos— es incalculable; y que ella debe ser la administradora del hogar según los principios bíblicos (Pro 31:10-31). Comentó, además, que el propósito del matrimonio no fue el placer ni el contentamiento, sino la procreación de hijos y el sostén de la familia.

Catalina von Bora

13 de Junio de 1525, Martin Lutero y Catalina von Bora contraen matrimonio dando el primer ejemplo de una familia pastoral protestante

Catalina von Bora era una joven pobre, aunque provenía de la nobleza. No se sabe qué la motivó a hacerse monja, sin embargo, debido a la pobreza de su familia quizás no pudiera lograr un matrimonio para ella, y como única alternativa se hizo monja. En todo caso su padre, Leonardo Koppe, era comerciante y vendía arenque, y ayudó a doce monjas a escapar del convento donde lo llevaba. Las jóvenes escaparon del convento ocultas en los barriles de pescado vacíos. Entre las doce monjas estaba la hija de Koppe, Catalina von Bora, que era la mayor del grupo; tenía 24 años de edad. Lutero les buscó esposos a todas, pero debido a la edad de Catalina fue muy difícil conseguirle uno.

Al fin, Dios les mostró que debían unir sus vidas en matrimonio. Lutero comentó luego que su unión fue “para burlarse del diablo y de sus satélites… y de todos los que son lo bastante locos para prohibir casarse a los clérigos”.[3]Citado por Jean Comby. Para leer la Historia de la Iglesia. 2-19. Otra motivación fue darles nietos a sus padres, y confirmar su repudio al celibato. Martín y Catalina se casaron el 13 de junio de 1525, y siguieron viviendo en el monasterio agustiniano.

Catalina fue una esposa capaz y muy activa. Organizó la vida particular de su esposo, refaccionó el monasterio, era experta en el uso de plantas medicinales, y una excelente cocinera. Catalina también vigilaba el trabajo de la hacienda: los campos de labranza, el ganado: mayor y menor; los árboles frutales, y un lago con peces. En el monasterio lograron acomodar hasta treinta estudiantes, con cuyos pagos ayudaban a las finanzas de la familia.

Tan capaz era Catalina que Lutero la nombró administradora de sus bienes en su testamento, lo cual echó por tierra la costumbre alemana de nombrar a un hombre para administrar los bienes de una mujer viuda y sus hijos.

La familia Lutero

La vida familiar de los Lutero fue muy feliz y sencilla. Muchas personas la tenían como modelo. Al refaccionar el monasterio pudieron utilizarlo para recibir a los visitantes; su hogar se convirtió en el centro de la vida religiosa e intelectual de la región. En la casa de los Lutero siempre había muchas personas, buena música y alegres tertulias que cubrían asuntos intelectuales, artísticos y religiosos. Todos los días, la familia completa se reunía y tenían un momento devocional en oración y ruego.

Martín y Catalina desarrollaron una clase de amor y respeto especial entre ambos. Él le expresó el profundo amor que tuvo por su esposa cuando llamó a su epístola paulina favorita, Gálatas: “Mi Catalina von Bora”.[4]Mark U. Edwards, Jr. Christian History, p. 8.

Las finanzas de la familia Lutero fueron difíciles, ya que Martín siempre estaba regalando dinero y otras cosas. Ella tuvo que lidiar con las finanzas de la familia. Una vez Lutero le escribió una carta a un amigo en la que decía: “Te voy a mandar un florero como regalo de matrimonio… P.D. Catalina lo escondió”.[5]Paul Thigpen, Ibid., p. 14.

Los hijos de la familia Lutero

El primer hijo del matrimonio, Hansen (Juan), llegó al mundo en 1526. Luego nacieron cinco más: Elizabeth (1527), Magdalena (1529), Martín (1531), Pablo (1533), y Margarita (1534). Elizabeth murió de ocho meses, y Magdalena a los trece años. Hansen estudió derecho, y ejerció como abogado. Martín estudió teología pero nunca ejerció como pastor porque murió muy joven, a los 33 años. Pablo estudió medicina y se destacó como médico. Margarita se casó con un noble.

Martín Lutero el músico

El arte predilecto de Lutero fue la música. Él creía que era casi tan importante como la teología. Tocaba muy bien la flauta y el laúd, tenía una linda voz, además de ser un excelente compositor; era como dirían hoy, todo un cantautor sagrado. Al entrar en el monasterio regaló su flauta. “Lutero ocupa importante lugar en la historia de la música por su reforma del servicio divino, e igualmente como creador del canto coral evangélico”.[6]Walter Blankenburg, Lutero, Martín, Enciclopedia Salvat de la música, 3:242.

En 1523, publicó dos escritos litúrgicos Del orden del servicio divino en la Comunidad y Formula missae et comuniones (Servicio de comunión). En estos dos servicios Lutero “combate todo el concepto medieval del sacrificio, señala el sermón como la parte indispensable del servicio divino y declara esencial la participación activa de la comunidad”.[7]Ibid.

En 1526, publicó en Wittenberg su tercera obra litúrgica: Misa alemana y orden del servicio divino, donde define la música del culto especialmente durante la lectura de las epístolas, los evangelios y demás lecturas bíblicas. Para la adoración colectiva, preconizaba el canto en estrofas en lengua popular. Compuso un total de 36 himnos, casi todos inspirados en salmos, artículos del catecismo y piezas litúrgicas. Los cantaban al unísono, en la congregación, o en armonía, con el coro. Muchas veces alternaban una estrofa con la congregación y otra con el coro. Para sus himnos, al igual que sus contemporáneos, tomó de nuevo modelos de toda clase, himnos religiosos antiguos, canciones espirituales medievales y melodías populares y los modificaba según sus principios personales dando más valor al texto; casi los creaba de nuevo. Su himno mejor conocido en el mundo hispanoamericano es Castillo Fuerte es Nuestro Dios.

Legado a la iglesia

Lutero destacó la importancia del matrimonio en la vida de la iglesia. En sus enseñanzas se puede observar el inicio de la familia pastoral, la cual juega un papel muy importante en la vida de la iglesia protestante. Lutero no prohibió el divorcio, sino que enseñó que donde ya no hay amor ni compañerismo es mejor la separación, pero antes de hacer legal el divorcio debe haber un tiempo de reflexión y consejería para tratar de evitarlo. Siempre creyó que la reconciliación de la pareja era mejor que el divorcio.

“Lutero les dio el Nuevo Testamento en alemán a las congregaciones en 1522; produjo una obra litúrgica evangélica en 1523; en 1524, hizo un himnario; en 1525, restauró la casa pastoral evangélica; y en 1526, comenzó a mandar a personas a visitar a las congregaciones”.[8]Lars P. Qualben, A History of the Christian Church, p. 245.

Conclusión

Terminamos con las palabras pronunciadas por Catalina von Bora cuando murió Martín Lutero: “¿Quién no va a estar triste y afligida al perder a un hombre tan precioso como fue mi querido señor? Él hizo muchas cosas grandes, no solamente para una ciudad o un solo país, sino para todo el mundo. Estoy verdaderamente tan apenada que no puedo comer ni beber, ni siquiera dormir. Y si hubiera tenido un principado o un imperio y lo hubiera perdido, no sería tan doloroso como ahora cuando el querido Señor Dios me ha quitado a este hombre precioso y amado; no solo a mí, sino al mundo entero.”[9]Paul Thigpen, Christian History, p. 15.

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References

References
1 Paul Thigpen, Christian History No. 3, 1993, XII:14
2 Steven Ozment, Ibid., p. 22.
3 Citado por Jean Comby. Para leer la Historia de la Iglesia. 2-19.
4 Mark U. Edwards, Jr. Christian History, p. 8.
5 Paul Thigpen, Ibid., p. 14.
6 Walter Blankenburg, Lutero, Martín, Enciclopedia Salvat de la música, 3:242.
7 Ibid.
8 Lars P. Qualben, A History of the Christian Church, p. 245.
9 Paul Thigpen, Christian History, p. 15.