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PREGUNTA:
¿Es correcto que cuando una persona muere se incinere su cuerpo? Si es así, ¿entonces en dónde deben guardarse las cenizas del cuerpo, si sólo existen lugares en templos católicos?
RESPUESTA:
LA CREMACIÓN y el cristiano.
La cremación era común en el imperio romano —27 a.C. a 395 d.C. Las cenizas eran guardadas en urnas lujosas, en unos “Mausoleos”, o Columbarium de mármol, o Jardines donde se guardaban las cenizas. Pero esta práctica era considerada pagana por los cristianos y también por los israelitas. Ellos preferían la sepultura de los cuerpos. Es interesante notar que para el año 400 d.C., como resultado del triunfo mundial del cristianismo después de Constantino, prácticamente desapareció la cremación como práctica y por 1.500 años el entierro de cuerpos llegó a ser la forma de tratar a los muertos, con la excepción de guerras o de plagas. Hace unos 100 años un italiano, el profesor Brunetti, perfeccionó los crematorios. Uno fue exhibido en la Exposición de Viena en 1873. La gente, viendo una manera más perfecta de tratar los cuerpos, empezó de nuevo la práctica de cremación en Europa y Estados Unidos, gradualmente extendiéndose por el mundo entero. Ya para el 1994, existían en Estados Unidos 1,100 crematorios con 470,915 cremaciones.
No hay nada en la Biblia que nos lleve a condenar la cremación, nos dice Génesis 3:19: “polvo eres y al polvo volverás”. En muchos lugares se permite a los cristianos escoger la forma de tratar con los restos del que muere. A su vez, el ejemplo bíblico es el entierro. Todos los patriarcas fueron enterrados. Vemos que los restos de José fueron cargados y regresados a la tierra prometida. Abraham compró un terreno para enterrar a Sara. Para mí ser enterrado conlleva la idea de “poner a dormir el cuerpo”, cosa que cabe al ver las indicaciones bíblicas cuando se habla de los muertos en Cristo (Juan 11:11; 1 Corintios 15:51; 1 Tesalonicenses 4:13-14). Otra cosa que podemos decir es que Dios nos hizo cuerpo y alma. Mientras que el alma va a la presencia de Dios, el cuerpo espera la segunda venida de Cristo cuando seremos todos resucitados (1 Tesalonicenses 4:16) “la idea del entierro del cuerpo, o del cuerpo “durmiendo en la tumba” esperando ese día, nos parece como algo muy natural (aunque ya todo se ha descompuesto y es ceniza, “polvo”, igual a los restos cremados), a lo que Dios un día dará vida.
Les informo que en el caso de nuestra familia, mi esposa dice que ella prefiere la idea de cremación. Al contrario, yo prefiero la idea que me metan en una caja y me entierren. Así que lo importante, luego de decir todo esto, es que creo que es una cosa de preferencia. No hay nada en la Biblia para indicar que la cremación sea pecado.
En cuanto a su pregunta de “dónde deben guardarse las cenizas”, lástima que los cementerios “cristianos” no han hecho provisión para guardar estas urnas. He visto en algunos hogares que ellos han colocados las urnas en un lugar especial en sus hogares: no recomiendo esto, ya que tendemos a glorificar a los muertos y tal práctica sí que no conviene. Otros entierran las urnas en el cementerio (de paso, una cremación es más barata que un entierro normal). Otros riegan las cenizas en las zonas donde vivió el ser querido. Yo sugiero que las iglesias hagan un favor para los que prefieren este método de entierro, de preparar un lugar especial en la iglesia donde se puedan guardar y proteger las urnas con las cenizas de personas en su congregación que han pasado a la eternidad.
Les Thompson