PREGUNTA:
¿Es apropiado entrar en debates filosóficos para interpretar la palabra de Dios?
RESPUESTA:
Recuerde el mandamiento de Jesucristo, quien nos dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, de toda tu alma, y DE TODA TU MENTE. Nuestro bendito Dios nos puso algo entre las orejas con el fin de que lo usásemos. Conocer a Dios de la mente es estudiar, filosofar bíblicamente, argüir puntos de interés. Es usar la cabeza y los sesos para conocerle mejor al todo-sabio Dios, el que toda sabiduría y filosofía conoce. Si no se piensa, si no se debate, es entonces que entraremos en herejías de toda clase, ya que no tenemos criterio bíblico para enjuiciar. Por ejemplo, el tema de si somos alma y cuerpo, o si somos alma, espíritu y cuerpo es importante, ya que es por estas partes de nuestra anatomía que Dios nos habla. ¿Cómo y por qué parte se comunica Dios con nosotros? ¿Sólo por el alma? ¿O quizás será por el espíritu que nos ha dado, cuando con su soplo nos dio vida en el Huerto de Edén? ¿Qué es el hombre integral? ¿Cómo fue que nos hizo Dios? Ese estudio no es vanidad ni inmundicia, ni envanece, ni tiene que ver con vanas sutilezas. Para usted comunicarse con Dios, y vise versa, es importante.
En cuanto a los pensamientos profundos, ¿Qué hace usted con un libro como Eclesiastés que está en la Biblia, y fue dado para nuestra instrucción y meditación y enseñanza, y es pura filosofía? ¿Se equivocó Dios al ponerlo en la Biblia?
Cuando Pablo habla de “filosofías y huecas sutilezas” se refiere a la palabrería de inconversos o de personas que quieren engañar a la iglesia, que no conocen la verdad de Dios. El mismo apóstol Pedro habla de los escritos de Pablo y dice que hay en ellas cosas difíciles de entender (y Pablo escribía sólo de cosas espirituales, pero a la vez era un gran y muy educado pensador). Fue a Moisés a quien—como dice Esteban en su sermón en los Hechos—Dios colocó en el palacio de Egipto, donde fue educado en toda la sabiduría de los egipcios, cosa que Dios usó para que Él pudiese dirigir con capacidad e inteligencia al pueblo de Israel, darles todas sus leyes, y establecer las bases legislativas de la nación. Lea un poco de Isaías, y allí encontrará otro filósofo que Dios usó para escribir uno de los libros de la Biblia más profundos e importantes.
El bendito Espíritu nos guía a la verdad que está en el libro de los libros, cuyos escritores Él inspiró, como dicen 2 Timoteo 3:14-17 y 2 Pedro 1:19-20. Tenemos que estudiar para saber quién es Dios, cómo es su obra en nuestros corazones, cómo se revela al mundo, etc. Eso demanda de nosotros mucho estudio y preparación.
Hay dos clases de sabiduría, una que viene de Dios, y otra que es del mundo. No hagamos el error de pensar que toda sabiduría es igual y sin valor, y que debe ser despreciada. Recomiendo que lea Proverbios capítulo 8.
Les Thompson