El espíritu de la Navidad

Publicado por

Precio: GRATIS

Enlaces a recursos

Comienza

Regístrate hoy Hágase miembro y acceda nuestro recurso

El espíritu de la Navidad

Versión del Siglo I para el XXI
por Raúl Lavinz

Ganador del concurso literario LOGOI, Diciembre 2008

Todo estaba listo. El reportaje del siglo se iba a llevar a cabo. Nada menos que José el carpintero, esposo de la virgen María, por una obra de la tecnología humana había sido transportado desde el siglo primero al siglo veintiuno. Se encontraba en los estudios de televisión de ALFA y OMEGA en la ciudad de Megapolis. Uno de los camarógrafos ajustaba su cámara, el otro no podía quitar su vista del hebreo incómodamente sentado en el centro del estudio vestido en ropas obviamente del primer siglo.

A la sala entró la reportera. Había sido especialmente contratada para entrevistar a José. Era una mujer joven (de 32 años de edad). Decía que se había casado con su profesión y no necesitaba algún hombre en su vida —por el momento—, aunque no se cerraba a la posibilidad en un futuro y también a la posibilidad de la maternidad. Su nombre era Betsabé. Había vivido en el oriente medio varios años y hablaba perfectamente—aparte del inglés y el castellano— tanto el árabe como el hebreo moderno, así como el arameo, que era, a la sazón, el idioma que tendría que usar al entrevistar a José. También conocía bien la TaNaKh, el Corán y la Biblia—la cual podía leer también en latín y griego— pues los había estudiado para ser más eficaz en su profesión. Y lo era.

—Shalom, Yossef —dijo ella, tomando la silla al lado de José. Toda la entrevista se haría en arameo, traducido al idioma de Megapolis por sistemas electrónicos de último modelo.

José aun no salía de su asombro ya que, súbitamente, de estar en su taller de carpintería en Nazareth, había “aparecido” en esa ciudad llamada Megapolis, encontrándose rodeado de aparatos y maquinaria que nunca había visto. Cuando apareció allí—sin saber que eran las instalaciones de ALFA y OMEGA—lo colocaron en cuarentena, explicando que le habían traído para hacerle una entrevista y que pronto regresaría a su hogar en Nazareth. Para que se sintiera cómodo, acondicionaron el estudio lo más parecido a su casa de Nazareth y lo fueron preparando para la entrevista en la cual se encontraba en este momento.

—Shalom, Bathsheba (hebreo, para Betsabé) —respondió.

—Tienes muy buena memoria. Recordaste mi nombre —dijo ella.

—Oh, sí. Recuerdo que antes de hoy sólo te escuchaba la voz cuando me tenían en el… ¿cómo le llaman?

—Sala de cuarentena.

—Sí, eso es. También pude recordar tu nombre porque en nuestro pueblo se nos enseñan los mandamientos de Adonai y también aprendemos de memoria la TaNaKh. No es difícil recordar un nombre, y menos el de la madre del rey Salomón.

—Como te expliqué antes, —prosiguió la reportera —estamos en la época de navidad. Hoy es 24 de Diciembre y queremos que le digas a quienes te están viendo y oyendo cómo fue esa primera navidad, allá en Belén.

José dio una vuelta, mirando las pantallas de TV a su alrededor con escenas de la ciudad, gente en gran bullicio, haciendo sus compras de la época, más que todo regalos para los suyos. Otras pantallas mostraban personas viendo la entrevista.

—No entiendo la palabra “navidad”.

—Significa nacimiento. En este “yom” es la manera en que recuerdan el nacimiento de Yesúa.

—Nosotros tenemos fiestas que Adonai nos ordenó que celebrásemos —explicó José. —Entre ellas está el Yom Kippur (Día de la Expiación), donde se sacrifica un cordero que el sumo sacerdote ofrece por los pecados del pueblo. Eso me recuerda que cuando el ángel se me apareció para decirme que no temiera por el embarazo de mi amada María, también me ordenó de parte de YHWH que al niño que nacería le pusiera por nombre Yeshúa porque él iba a salvar a su pueblo de sus pecados.[1]Mateo 1:20-21

— ¿Relacionas a Yeshúa con la salvación de los pecados del ser humano? ¿Crees que tu hijo puede ser el “Ha Mashiach” (El Mesías o Ungido)?

—Sí. Y no sólo yo— dijo José, ahora sintiéndose más cómodo. —Te cuento que María y yo hablamos de ello cada día. A pesar que el niño tiene apenas cinco años de edad. Ella me contó cómo se le apareció el mismo ángel Gabriel para decirle de parte de YHWH que su embarazo era producto del Espíritu de YHWH y que al nacer le pusiera de nombre Yeshúa. Que iba a reinar eternamente y sería llamado Hijo de Dios.[2]Lucas 1:28-33, 35b Por eso, no nos cabe duda que Yeshúa es de quien el profeta habló en Nevi’im, Yeshia (el profeta Isaías).[3]Isaías 9:6-7 El va a ser quien traerá la verdadera Shalom a Raquel. El Ungido, como el cordero de Yom Kippur, quitará la afrenta del pecado de nuestros primeros padres en Edén. Además…

—Un momento Yossef— interrumpió Bathsheba. Rápidamente ella recordó que el no conocía el Nuevo Testamento, ni sabía que existía. —Si en Yom Kippur se derrama la sangre del cordero, para que haya la Salvación que el Mashiach traerá, ¿de quién será la sangre que se derramará?

Se le aguaron los ojos a José y dos lágrimas corrieron por sus mejillas.

—Sabes Bathsheba —continuó José, —te confieso algo. No soy el padre de Yeshúa, sino es hijo del Espíritu de YHWH. Sin embargo, lo amo tanto como si lo hubiera engendrado y procuro cuidarlo de la mejor manera y enseñarle la Torah y toda la TaNaKh, que hace tiempo se la he empezado a leer. María y yo hemos estudiado a Nevi’im Yeshia[4]Isaías 53:1-7 y concluimos que “nuestro hijo” será sacrificado como el cordero de Pesach (la Pascua) y de Yom Kippur. Si esta es la voluntad de Adonai, hágase como a Él le plazca.

—Quiere decir que la Navidad debería ser tiempo de… —se le hizo un nudo en la garganta a la periodista recordando sus fracasos sentimentales y su odio hacia los hombres.

—Sí, me has entendido. Debe ser un tiempo especial de amor y de perdón. Veo que ustedes aquí compran muchos regalos gastan mucho dinero, pero es solo en Navidad. No sé qué pasa el resto del tiempo. María y yo hemos perdonado a todos los que quisieron hacernos daño. Todavía recuerdo a los dueños de posadas que nos negaron lugar cuando ella estaba a punto de dar a luz y tuve que llevarla a una cueva donde había animales.[5]Lucas 2:7 Sin embargo Adonai no nos abandonó y allí nació Yeshúa. No comprendemos, el Salvador en un lugar tan humilde pero aceptamos por fe su mano en nuestras vidas. También supimos que Herodes quiso matar al niño y muchos niños murieron, pero él no. También lo perdonamos y dejamos que toda justicia sea de Adonai.[6]Mateo 2:16-18

—Usted tiene toda la razón. Navidad y el resto del año debe ser tiempo de amor, de perdón, de dejar que la justicia divina se haga cargo de los enemigos y de aceptar en fe la voluntad del señor. Es un buen mensaje, excelente y lo están viendo y oyendo muchísimas personas. Hemos recibido muchas llamadas con preguntas para usted, Yossef. Lamentablemente no podemos atenderlas todas tendremos que hacer un programa adicional para contestarlas. ¿Te parece Yossef? Te pagaremos muy bien.

—Hágase la voluntad de Adonai —dijo José. —Deseo estar con María y Yeshúa, deben estar preocupados por mi ausencia. Además…

—Sólo vamos a hacer esta interrogante adicional en este reportaje. Muchas mujeres preguntan: ¿Cómo es María? ¿En verdad no te acostaste con ella a pesar de estar casados? ¿Cómo te sentiste con su embarazo al principio?

—Con respecto al pago, no entiendo porque, puesto que estoy haciendo algo que es normal para nosotros. Es decir, nos reunimos como familia para contarnos las historias de nuestros antepasados, para orar juntos la Shemá,[7]Deuteronomio 6:4-9 bendecir a YHWH, apoyarnos en nuestros deseos mutuos y de ser ejemplo para otros pueblos que no adoran a YHWH. Eso también es…

—Navidad —interrumpió Bathsheba —es tiempo de reunirse como familia; de desearse lo mejor unos a otros—con o sin regalos—entendiendo que los hijos (cuando los hay) son el mejor regalo de Dios.

Betsabé nunca se había oído a sí misma decir estas palabras. Algo estaba sucediendo en su interior con la entrevista a Yossef. Nunca había tomado tiempo de adorar a Dios y recordar sus mandamientos. Empezó a sospechar que la entrevista iba a lograr mucho más que beneficiar a la Corporación ALFA y OMEGA. Su olfato periodístico le decía que esta entrevista estaba cambiando el curso de muchas vidas,…entre ellas la suya (y la de Salomón, el dueño y director de la empresa ALFA y OMEGA, quien pendiente de la entrevista, había ya llamado varias veces al estudio para que le dijeran a Betsabé que prolongara lo más que pudiera la entrevista.  La audiencia y televidencia—ya que iba por radio y TV, satélite e Internet—había rebasado todos los cálculos. El corazón de Salomón, solterón por “amor a la ciencia y la empresa”, según su decir, parecía indicarle que había afinidades con Betsabé.

—María, mi amada María— continuó diciendo José —es una mujer con un corazón que ama a YHWH. Cuando nos conocimos, empezamos una buena amistad ya que yo le fabricaba muebles y otros enseres a su padre. Poco a poco nos dimos cuenta que Adonai había puesto amor en nuestros corazones el uno para con el otro. Solíamos pasear por el mar de Galilea Allí, de noche, la luna hacía resplandecer su ondulada y larga cabellera negra. De día, al sol, su piel iba adquiriendo ese tono bronceado que la hacía lucir más bella aún. Cuando nos desposamos y ella salió embarazada no lo entendía. Ella me amaba y yo a ella. Me desesperé por un momento, aunque nunca la dejé de amar. Pero, a ella daba la impresión de parecerle normal todo. Hasta que por las palabras del ángel pude comprender y tener fe en Adonai. Por eso es que, “navidad” debe ser también tiempo de…

—Esperanza y certidumbre en medio de la duda— replicó Betsabé. —He allí otros valores que debemos recuperar para que la sociedad en que vivimos sea sanada de las profundas heridas que el egoísmo, la suspicacia, la falta de solidaridad, el consumismo y el odio le han causado. O, debiera decir, le hemos causado. Gracias, Yossef. Creo que muchos de nosotros, a partir de hoy empezaremos a mirar la navidad con los ojos que tú, el día de hoy nos estás dando. Me dicen que es tiempo de terminar. Es noche buena y falta media hora para que sea el 25 de Diciembre. A todos nuestros oyentes y televidentes esperamos haberles dado el mejor regalo en esta Navidad a través de esta entrevista a Yossef: desde el siglo I, la primera Navidad para celebrar la nuestra con nuevos ojos este año 2008 y este siglo XXI.

—Agradezco esta invitación—dijo Yossef tímidamente.

—Gracias Yossef por esta entrevista —concluyó Bathsheba. —Indudablemente, a partir de hoy la navidad será vista por muchos de nosotros con nuevos ojos. Son las 11:55 así que por adelantado: ¡Feliz navidad con Jesucristo como el centro de esta celebración! Ay, de pronto se fue la luz y…

— ¿Qué te pasa Yossef? —le dice María a Yossef, quien sobresaltado estaba en su cama sudando. — ¿Tuviste una pesadilla, mi amor? Son las seis de la mañana, así que es hora de levantarnos.

Yossef cayó en cuenta que todo había sido un sueño. Se baño y fue a desayunar lo que María le había preparado. Al rato, apareció Yeshúa y se acercó a saludar con un abrazó a Yossef, quien lo tomó entre sus brazos y fue caminando con el a inspeccionar el taller de carpintería. Bajó a Yeshúa, mientras sacaba su martillo y serrucho.  Notó que Yeshúa había tomado esos trozos de madera y los había juntado sin darse cuenta dándoles la forma de…una cruz.

Yossef, al ver lo que “su hijo” hacía se fue acercando a el y metió la mano en el bolsillo de su túnica de trabajo. Para sorpresa suya, dentro del bolsillo había un pañuelo—que nunca antes había usado. Luego, recordó que en “su sueño”, cuando le corrieron las dos lágrimas por sus mejillas, al estar hablando sobre el sacrificio del Mesías, Betsabé le alcanzó su pañuelo para que el secara sus lágrimas.

References

References
1 Mateo 1:20-21
2 Lucas 1:28-33, 35b
3 Isaías 9:6-7
4 Isaías 53:1-7
5 Lucas 2:7
6 Mateo 2:16-18
7 Deuteronomio 6:4-9