Esta semana celebramos en los Estados Unidos el Día de Acción de Gracias, el cual estableció el Presidente Abraham Lincoln en 1863. En medio de la violenta Guerra Civil, Lincoln proclamó que el último jueves del mes de noviembre sería un día nacional de dar gracias. A pesar de las circunstancias, el presidente recordó que el año había estado lleno de “bendiciones de campos fructíferos y cielos sanos”, y de “regalos llenos de gracia del Dios Altísimo”.
Este año hemos visto fuertes huracanes, terremotos destructivos, y discordia en la humanidad. En medio de esos retos es fácil olvidar nuestras “bendiciones de campos fructíferos y cielos sanos”. De hecho, una de las órdenes más difíciles de obedecer la encontramos en 1 Tesalonicenses 5.
En su consejo final a la iglesia, San Pablo pidió “que amonestéis a los ociosos“ y “que sostengáis a los débiles“. Les pide que sean “pacientes para con todos“ y que “ninguno pague a otro mal por mal“. Entonces, enfatiza: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.“ (1Tes 5:18).
En LOGOI nos sentimos sumamente agradecidos de todos los hermanos y hermanas que forman parte de nuestro ministerio.