¿Cuál es la diferencia del diezmo entre el Antiguo y Nuevo testamentos?

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¿Cuál es la diferencia del diezmo entre el Antiguo y Nuevo testamentos?

PREGUNTA:

La consulta de hoy tiene que ver con el uso del diezmo en la iglesia. Encuentro en la Biblia pasajes del Antiguo Testamento que parecieran indicar que el diezmo lo estableció Dios para sostener a los que se dedicaban a su Obra. (Génesis 14:18 – 20, Números 18: 21 – 32, 2 Crónicas 31:4-21, Nehemías 10: 28 – 39,) En el Nuevo Testamento el Apóstol Pablo aunque no se refiere a los diezmos, habla de un sostenimiento digno en 1 Timoteo 5: 17 – 18 y 1 Corintios 9: 1 – 14.

RESPUESTA:

Hermano, su pregunta acerca de cómo proveer debidamente para los pastores es una pregunta muy necesaria e importante. Igual que usted, yo creo que los diezmos indicados en el Antiguo Testamento establecen el principio básico y fundamental de la Biblia para proveer las necesidades financieras de los pastores que sirven al pueblo de Dios: por tanto, la congregación que beneficia de las enseñanzas de un pastor es responsable en proveer las necesidades materiales del pastor y de la iglesia donde ellos adoran. Esto implica varias cosas:

  1. Hay que haber suficiente gente en la congregación para que, por medio de sus diezmos, puedan reunir lo suficiente para cubrir esa necesidad. Recuerdo que mi buen amigo, Dr. Alfredo Smith (líder de la Alianza Cristiana y Misionera) decía que se necesitaba alrededor de 80 miembros en una iglesia para, con sus diezmos, pagarle un salario digno a un pastor. Hasta llegar a ese número, la iglesia madre debería aportar lo faltante.
  1. ¿Qué es un salario digno? Algunas denominaciones lo definen así: pagarle al pastor lo suficiente para que este no tenga que preocuparse de las necesidades básicas materiales de su familia. No quiere decir que se le dé todo lo que quiere, pero a su vez, proveerle un salario adecuado para que el pueda dedicarse a suplir las necesidades espirituales de la congregación y no tener que pasar el tiempo preocupado acerca de sus necesidades materiales (1 Co 9:9-14, uno de los textos que usted cita).
  2. ¿Cuánto debe recibir un pastor? Esto varía con el lugar donde está la iglesia. Por ejemplo, en el campo se necesita menos que en la ciudad. La regla normal es que se le pague para que viva mejor que las familias más pobres de la iglesia, pero que viva con menos que las familias más ricas. Un equilibrio monetario sensato que refleja el promedio del nivel de vida de la congregación.
  3. Qué hacer para que la congregación cumpla con su deber? Interesantemente, Dios nos ha dado claras instrucciones. El 10% del salario que recibe una familia le pertenece a Dios. El que no da a Dios lo que le corresponde, ese roba a Dios. La consecuencia de robarle a Dios puede ser desastrosa, ya que las bendiciones de Dios no fluyen sobre esa familia. Uno que no diezma, ¿con qué cara se presenta a Dios para que Él le de salud a su hijo o hija enferma? El que no diezma, ¿cómo puede venir a Dios y pedirle que prospere su negocio, o que le dé trabajo, y supla sus necesidades: el pan de cada día? Podemos decir, por las promesas que Dios nos da en su Palabra, que las bendiciones de Dios nos llegan en proporción a nuestra obediencia. Además, por amor a Dios y por todo lo que Él hace por nosotros, en agradecimiento llegamos a Él con ofrendas especiales, más allá de los diezmos. El Nuevo Testamento no abroga los principios dados en el Antiguo. No hay un texto que diga, Ya no se pague a Dios el diezmo, ahora en el N.T. se da lo que uno quiere. Lo que el NT enseña es que todo lo que tenemos pertenece a Dios. Nosotros somos meramente mayordomos de lo que Él nos ha dado, y debemos ser generosos con Dios. Comenzamos con el diezmo como mínimo, de ahí añadimos nuestras ofrendas de agradecimiento y amor.
  4. Textos bíblicos al respecto: Dt. 26; Mal 1.6-4; 3:4-12; Mt 6:1-4; Ex 35:22; 36:5; 2Cron 29:3; Lu 21:1-4; Hch 4:34; 11:29; 2Co 8:2; Fi 4:16.
  5. 2. Dios nunca será deudor de nadie (eso no es teología de prosperidad, sino verdad acerca de su divino carácter. TODAS ESTAS COSAS DEBEN SER CLARAMENTE ENSE—ADAS A LOS CREYENTES. Si no saben lo que Dios pide, ¿cómo van a obedecerle?
  6. 3. Para el bien de la iglesia y el bien del pastor, siempre debemos andar con cuentas claras. El pastor NO es el tesorero de la iglesia, Él es su consejero espiritual. La esposa del pastor TAMPOCO ES LA TESORERA. Siempre (no importan cuan chiquita sea la iglesia), para que no se nos pueda criticar en esta área tan delicada, debe haber un comité financiero en la iglesia, y ese comité es el que transmite a la congregación los informes financieros regulares. Esto se hace para que todo lo que se haga en la iglesia se haga decentemente y en orden (1 Cor 14:40); evitando siempre la crítica. Qué trágico cuando hay un escándalo en una iglesia por abusos financieros por parte del pastor! Es el comité financiero el que trae a la congregación recomendaciones en cuanto al salario y las necesidades de la familia pastoral. Como que cada obrero merece su salario, cada año la iglesia debe incrementar y ajustar correctamente el salario del pastor, especialmente cuando la iglesia crece y se ve que el pastor está cumpliendo con su deber espiritual. Sabia es la iglesia que mantiene a su pastor contento, porque lo tendrá por largo tiempo.

Estas, para mí, son las ideas principales que debemos enseñar y proteger. Ahora, en cuanto a pastores que se van a otras tierras en busca de mejoras. SÌ, son comprensibles tales pasos. A la vez, como usted anota, se presta para críticas de “materialista”. En juego está su llamado y su compromiso con Dios. Por una parte está la promesa de Dios, que Él promete al proveer todas nuestras necesidades. Por otra parte, está la realidad que en algunas iglesias se llega al fin del mes y no hay cómo poner comida sobre la mesa. ¿Habrá una contradicción? ¿Será que cuando no hay dinero el pastor debe darse por vencido, e irse a otro país donde la gente es más considerada? Cuando un pastor se encuentra en una condición “insoportable”, ¿qué debe hacer?

Examinar su llamado. ¿Me llamó Dios (me llamé yo ó), la iglesia, o mis amigos? Yo creo que uno se da por vencido fácilmente cuando nunca fue llamado por Dios en verdad. Nos dice Pablo, hablado de lo que Dios hace con los gentiles que han sido salvados, que “irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Rom 11:29). ¿Habrá paralelo en cuanto al llamado a ser ministro de Jesucristo? No creo que uno que es llamado por Dios se da por vencido fácilmente. Demas nos sirve como ejemplo (2 Tim 4:10). El que no tiene seguridad de que fue llamado por Dios, ese es alguien que cuando las cosas se ponen difíciles busca otras alternativas. Si Dios no es el que llamó, no debe seguir pretendiéndolo.

Me parece que cuando hay un sentido real de un llamado de Dios no hay manera de permitir que la falta de finanzas nos haga dar la espalda a nuestro llamado. Reconozco que hay, a veces, mucha presión por parte de la esposa y la familia, pero el que tiente un llamado difícilmente se da por vencido. Si la iglesia no le da el salario, si la iglesia no le da el diezmo, el que sabe que Dios lo ha llamado no abandona la iglesia, sino que sigue a Dios aunque sea perseguido, aunque sea encarcelado, aunque sufra increíbles pruebas. Tal persona no es arrogante, ni acusativo, ni llena de orgullo, ni llena de quejas. Como Daniel, como Sadrac, Mesac y Abednego, como Jesús, como Pablo, todos confían plenamente en Dios. El que ha sido llamado depende en las promesas de Dios, no en las ofrendas. Está dispuesto a buscar trabajo físico, de hacer lo que sea, con tal que los que están sin Cristo oigan el evangelio. Reconozco que esta postura es muy dura, pero no sé de otra manera de explicar el llamado divino. Además, por difícil que sea, Dios suplirá todas nuestras necesidades. No hay un ejemplo en toda la Biblia de un fracaso por parte de Dios hacia uno de sus siervos, incluso a Job.

La tercera cosa que debo mencionar es que, como pastores, nos toca enseñar a la iglesia cómo diezmar y cómo ofrendar. Debemos hacerlo con mucha claridad, con fervor, sin condenar y sin acusar. Sencillamente ir a la Palabra de Dios y explicar ¿cómo mejor podemos? haciéndolo con entusiasmo, con detalles, con buenas ilustraciones y buenos ejemplos para así animen a los hermanos a obedecer a Dios. Debemos mostrarles lo que Dios enseña es nuestra responsabilidad. Repito, tal enseñanza no debe ser acusadora ni condenadora, sino con amor y cariño, recordando que cada miembro de la iglesia responde a Dios y no al pastor. Luego, habiendo hecho esto, nombrar a un comité de finanzas, nombrar a gente positiva, enérgica, eficientes y que conocen de dinero, para que sirvan en el comité de finanzas. Dejarle a ellos que sean los que aclaran a la iglesia las necesidades, y que sean los que retan a la congregación a cumplir con su deber (ninguno debe ser pariente del pastor). Esto se hace con anuncios claros, también por escrito en el boletín dominical, y en resúmenes periódicos. Si se hace así, la gente no va a pensar que todo lo que el pastor quiere es dinero. Verán que el interés del pastor es que la congregación conozca todo el consejo de Dios, las finanzas siendo solo una pequeña, aunque importante, parte.

Bueno, mi hermano. Me parece que he escrito más de lo necesario. Espero, a pesar de ello, que le sirva de consejo y de ayuda. Lo que le doy es mi consejo, por lo tanto acéptelo como tal. Yo no soy la Biblia. Reconozco que tratamos áreas donde muchos no tienen buena comprensión, pero que son importantes para el bien total de la iglesia. Dios le ayude, pues, y le de mucha sabiduría. Con amor cristiano,

Les Thompson