Durante 50 años estuve casada con un hombre maravilloso lleno de amor por “sus pastores hispanos” en toda América Latina. Este año celebramos 50 años de LOGOI, el ministerio que él fundó.
Cuando me casé con Les Thompson, él era un pionero dedicado a conquistar el mundo escribiendo literatura cristiana popular. En ese entonces nadie había impreso una cubierta de libro con colores. Les explicaba que servía al Rey de Reyes y por eso su libro debía ser hermoso. Para el asombro de los editores cristianos, su primer libro vendió 3.000 copias en tres meses. ¡Fue así como comenzó el negocio de libros cristianos en español a todo color!
Al mismo tiempo, su trabajo era viajar por todos los países hispanos del hemisferio oeste para ver lo que se estaba haciendo en la literatura cristiana: ¿traducían los argentinos los libros igual que lo hacían en México o Colombia? No había computadoras para comunicarse. Les viajaba seis meses del año, y durante ese tiempo se familiarizó con toda América Latina.
Mientras viajaba, sufría al escuchar a ministros que tenían muy poco entrenamiento teológico y habilidad para predicar. LOGOI publicó algunos textos para ayudarlos. Aún así, no fue suficiente. Les trató de transmitir esta inmensa necesidad a otros ministerios importantes del momento, pero no pasó nada. Entonces, con su compañero de trabajo de Uruguay, organizaron una conferencia de pastores en el sur de Chile–el lugar más alejado de Miami que pudo haber elegido–para ver si había algún interés.
Cientos aparecieron en un campamento rústico. Les prometió regresar en un mes para darles su examen. El mes siguiente, todos lo reprobaron… excepto por un pequeño grupo. ¿Cómo, se preguntó? Señalaron a un anciano misionero británico y dijeron que éste les había dado a cada uno de ellos una pequeña hoja resumiendo los capítulos. Les acudió hacia el misionero para pedirle ayuda.
Así comenzaron formalmente los cursos de LOGOI, con guías de estudio para los capítulos. Los llamaron FLET (Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos). FLET creció rápidamente cuando los pastores hispanos descubrieron que podían estudiar en su casa y no tendrían que viajar lejos a un seminario costoso. Podrían quedarse en sus iglesias y enseñar lo que estaban aprendiendo.
Las invitaciones vinieron de todas partes. Mientras, yo estaba constantemente conduciendo a Les al aeropuerto. Él siempre llegaba cansado de viajar en ómnibus, motonetas, trenes, barcos y aviones viejos. Me contaba que los mosquitos zumbaban en cada nota del piano por la noche alrededor de su cabeza. Apenas podía dormir en muchos lugares inhóspitos. También tuvo muchas decepciones en el camino.
No teníamos computadoras para mantenernos en contacto. Sus cartas tardaban semanas en llegar. Las llamadas telefónicas fueron muy costosas. Pero Les siguió su camino a pesar de las guerras de drogas, manifestaciones políticas, terremotos, inundaciones, lo que fuera. Nada podría detenerlo de ayudar a los pastores.
Hasta que Dios lo llevó a su casa celestial, Les continuó enfocado. El último año de su vida escribió un libro maravilloso llamado Cartas a Carlos, que ahora está disponible en inglés o español. Lo completó en el hospital justo antes de que Dios lo llevara al cielo. En el libro, Les le explica a un joven ministro llamado Carlos cómo vivir y ejercer como pastor usando sus experiencias personales a través de los años.
Durante cinco décadas, continuar el llamado de Les para llevar la Palabra de Dios al mundo de habla hispana ha sido un trabajo de amor para nuestra familia. Nuestros cuatro hijos han servido a LOGOI a lo largo de los años con su tiempo, talento, tesoro y aliento. Hoy, bajo la dirección de nuestro hijo más joven, Ed, Dios ha utilizado nuestro ministerio para llegar a cientos de miles en 32 países de todo el mundo a través de nuestros cursos FLET en línea y múltiples plataformas digitales en inglés y español.
La Bisabuela Carolina