Un programa de consejería en la iglesia

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Un programa de consejería en la iglesia

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Dr. Rogelio Aracena Lasserre

La manera de trabajar de las iglesias es muy variada y el desarrollo de un programa de consejería dependerá en gran medida del enfoque doctrinal y de trabajo de la Iglesia. Para nuestro propósito plantearemos algunas ideas que puedan motivar a comenzar un programa. Estas ideas son parte de nuestra experiencia en la iglesia; las comparto a manera de motivación para que el pastor continúe esta tarea que seguramente ya está haciendo.

En primer lugar debemos establecer lo siguiente: los pastores no somos psicoterapeutas ya que esta labor implica procesos largos y un conocimiento profundo de las causas y variables de la personalidad y conducta. Además requiere un grado académico en psicología. La realidad es que somos consejeros con base teológica. Deberíamos haber adquirido conocimientos y herramientas básicas de psicología, las cuales nos permiten distinguir una gran cantidad de situaciones que podemos atender. Sin embargo, muchos de los problemas que encontramos deben ser remitidos a un psicoterapeuta cristiano. Esto permitirá que los consejeros tengan una debida actitud hacia sí mismos y las personas que ayudarán.

Por ejemplo, un creyente nos comenta que él tiene el hábito de apropiarse de cosas que no le pertenecen y que siente vergüenza cuando es sorprendido. La primera opción es que estamos en presencia de un ladrón confeso. El robo es prohibido y castigado en la Biblia. Sin embargo, al profundizar en su problema descubrimos que el individuo no oculta lo que roba y por eso es sorprendido y avergonzado. Este es uno de los síntomas principales de la cleptomanía. La ayuda que necesita es más especializada y debemos remitirlo. El consejero debe aprender a mirar los problemas fijando su atención no tanto en qué sucede, sino el por qué sucede dicho problema. Esto requiere entrenamiento, tiempo, experiencia y supervisión.

La clave es el pastor: su grado de interés en la consejería y su compromiso pastoral harán posible que una iglesia tome con seriedad esta tarea ministerial.

Miremos cómo se deben usar tres elementos claves en la consejería:

LA ORACIÓN, en la consejería, debe ser relevante en la experiencia de entrevistar. Debemos preguntar si el aconsejado desea orar, caso contrario podría ser coercitiva. Si no desea orar, el consejero puede mentalmente orar por él y el éxito de la entrevista.

  1. La oración no debe ser usada para establecer la autoridad del punto de vista del consejero o para inducir cambios de conducta.
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  2. Tampoco debe verse como un sustituto religioso para cerrar una entrevista. Es mejor honestamente decir: “el tiempo ha terminado, continuaremos en una próxima cita”.
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  3. Cuando las dos personas han establecido una relación interpersonal profunda, habrá un común deseo de hablar con Dios y pedir su guía y ayuda. La oración entonces debe estar presente. A veces el aconsejado pedirá que se ore por él, sin embargo, el consejero puede animarlo a que oren juntos.
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  4. La oración puede ser usada efectivamente en la consejería si es relevante, adecuada y expresa un deseo mutuo. En este sentido, la oración honra a Dios, agrada al Señor Jesucristo quien es el pastor de las almas y permite la acción del Espíritu Santo como Consolador.
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  5. Utilice un lenguaje sencillo y pertinente. Evite declaraciones teológicas en la oración que no puedan ser entendidas por el aconsejado.

LA PALABRA DE DIOS, la Biblia, es “útil para enseñar, redargüir, (derriba nuestros argumentos erróneos) para corregir y para instruir en justicia. A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Ti 3:16-17).

  1. La Biblia debe ser presentada con su propia autoridad en el poder del Espíritu Santo que la ha inspirado y no con la manipulación autoritaria del consejero. Se debe evitar la amenaza de castigo si no se obedece la Palabra según el punto de vista del consejero.
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  2. El consejero no puede infaliblemente juzgar la condición espiritual del aconsejado y arbitrariamente conectar un pasaje de la escritura con el posible problema que parece descubrir. Es mejor sugerir la posible aplicación de un pasaje bíblico sugerido y preguntar ¿Ve usted aquí algo que hable a la situación que me está compartiendo?
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  3. La mayoría de las personas en consejería manifiestan ansiedad. No debemos apresurarnos a usar un pasaje de la Biblia. Dejemos que la persona verbalice completamente lo que tiene en su interior y luego la Palabra de Dios será más fácilmente oída y entendida.
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  4. Hay personas que no manifiestan ansiedad, culpa, o preocupación por el problema que enfrentan. Para ellos la amonestación bíblica es pertinente, especialmente si son reincidentes. De todas maneras debe hacerse amorosamente.
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  5. El uso de la Palabra de Dios debe hacerse en oración. La meditación personal en la Palabra y en los pasajes apropiados para la consejería, ayudarán al consejero a trabajar apropiadamente.
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  6. Seleccionar una lista de pasajes que ilustren los problemas y orienten acerca de el. Himnos y cánticos cristianos son también apropiados, especialmente los himnos. Las personas en situaciones de crisis se aferran a las personas y cosas que les son familiares. Por ejemplo la letra de himnos como, “Oh qué amigo nos es Cristo“, “Roca de la Eternidad“,  “Nadie pudo amarme como Cristo” y algunos cánticos nuevos que expresan seguridad y consuelo como, “Tu fidelidad”, “Gracias Señor”, “El Salmo 23 “ y otros. Un adecuado uso de esta música puede proveer un contexto de alivio y seguridad para el aconsejado, junto con las citas que recibe.  Es adecuado establecer un programa disciplinado de preparación bíblica básica para los miembros de la Iglesia, el cual deben tomar también los consejeros. Estos deberán incluir temas importantes como Introducción a la Biblia, Doctrina de la Salvación y La Doctrina del Espíritu Santo, Las grandes doctrinas de la Biblia, El Plan de Dios en el Antiguo Testamento e Introducción a los Cuatro Evangelios.

EL CONOCIMIENTO, en cuanto a las bases necesarias en Psicología, sugiero dos libros para comenzar: La Enciclopedia de Problemas Sicológicos del Dr. Clyde N. Narramore, que nos enseñará a conocer los diversos problemas psico-emocionales que están en el ámbito de atención del consejero en una forma práctica que incluye: descripción de la situación, etiología o causas, atención sugerida.

En cuanto a ampliar la teoría y estrategia de la consejería, recomendamos el libro El arte de aconsejar bíblicamente, del Dr. Larry Crabb, publicado por Ministerios LOGOI. Un punto muy importante es la supervisión. El pastor debe llevar un registro de las citas de consejería y anotar lo sucedido en cada cita. A veces será importante que comparta algunos casos con colegas (sin mencionar nombres) para recibir opiniones. En la iglesia local, los líderes encargados de consejería deben informar sobre lo que están haciendo a su superior inmediato y estar dispuestos a escuchar sugerencias, corrección o aprobación de lo que están haciendo. Lo mismo en el caso de los equipos de visitación. Un informe acerca del qué, cómo, el cuándo y los resultados de la visita. Ellos de esa manera también detectan necesidades físicas de las familias que deben ser atendidas.

¿Quién califica como candidato para consejero? El pastor debe ayudar a sus miembros a descubrir sus dones espirituales y especialmente el de exhortación. Son esos creyentes que el Espíritu Santo les habilita para la relación interpersonal, el mostrar confiabilidad, prudencia, discreción y la habilidad de enseñar.

Finalmente debo decir que en mi experiencia como consejero, he usado una programación como la que he sugerido en este artículo, aparte de predicar a la iglesia y enseñar acerca de varias áreas de la consejería, como matrimonio y familia, divorcio y nuevo matrimonio, cursos prematrimoniales y ayuda personal a quienes desarrollan consejería. Por otra parte contamos en nuestra iglesia con un psicólogo clínico cristiano (mi hijo, el Dr. Alejandro Aracena) quien toma casos que son remitidos. Él ayuda en la planificación académica. Lo desafío a usted, hermano pastor, a orar y confiar en lo que Dios puede hacer a través de un buen programa de consejería en su iglesia local.

Es mi oración que el Señor le anime en esta tarea.