PREGUNTA:
Mi novio me ha pedido matrimonio, pero no somos de la misma religión. ¿Cómo lo hago? Yo lo amo, pero no quiero casarme por su religión.
RESPUESTA:
No me dice qué religión es la que profesa su novio. Asumo que es diametralmente opuesta a la suya. Dios no le priva a usted de la libertad de casarse con quien usted quiera, no importa qué religión tenga. El nos ha dado libertad para escoger y decidir. Lo que si El hace, puesto que conoce el futuro, es advertirnos de los riesgos que involucran ciertas decisiones. Las diferencias religiosas no permitirán nunca una intimidad total como pareja, puesto que será el tema que no se podrá tocar. La llegada de los hijos creará otro conflicto con el tema del bautismo, además de la asistencia a la Iglesia. Predominarán los amigos de su pareja con sus convicciones y estilo de vida social, en el cual usted tendrá que participar para no tener problemas. La Biblia nos advierte acerca de evitar “el yugo desigual”. Si pertenecemos a Cristo y nuestro cónyuge no ¿cómo podremos llegar a ser una sola carne? Se que no es fácil la decisión, pero actúe en fe y confianza en la palabra de Dios. Ore y pida que el Espíritu Santo le de seguridad para tomar la decisión correcta.
Cordialmente,
Rogelio Aracena