¿Nació Jesús un 25 de diciembre?

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¿Nació Jesús un 25 de diciembre?

de la Guía Pastoral Controversia 11
por Bernardo Serrano

Un análisis exhaustivo para aquellos estudiantes minuciosos que desean saber con certeza en qué fecha nació Jesucristo.

Navidad es una de las fiestas cristianas más importantes, sin embargo, pocos creyentes conocen el motivo de la fecha. Sabemos que conmemora el nacimiento de Cristo, pero realmente, ¿nació Jesús un 25 de diciembre, hace más de 2000 años? Veamos lo que la Biblia y la historia afirman.

La muerte de Herodes el grande

Mateo ubica el nacimiento de Jesús en los días del rey Herodes, llamado el Grande (2.1). Esto indica —como fecha tope del nacimiento de Jesús— la muerte de ese monarca impío. Pero hay otro hecho importante, y es que cuando Herodes ordenó masacrar a los niños varones de Belén y los alrededores, fijó una fecha con la cual se aseguraba la muerte del Mesías “…dos años de edad para abajo…” Mt 2:16-18), lo que indica que Jesús debió nacer uno o dos años antes de ese decreto.

Si a eso le añadimos la huida y estancia de José y María en Egipto (Mt 2:13-15), y el tiempo transcurrido hasta la muerte de Herodes, podemos asegurar que el nacimiento se produjo entre 2 y 3 años antes de que muriera Herodes.

Herodes el Grande nació hacia el año 73 a.C. En el 40 a.C., viajó a Roma donde lo nombraron rey de Judea. El historiador judío Flavio Josefa, dice que: “recibió el reino, en la olimpiada 184…”[1]Antigüedades de los Judíos, XVI, XIV: 4,5.

La olimpiada 185 ocurrió en la segunda mitad del año 40 a.C., lo que sitúa el final de la anterior, la 184, en el primer semestre de ese año, y, por ende, la fecha de coronación de Herodes entre enero y junio del 40 a.C. En cuanto a la muerte de Herodes, Josefa nos informa que: “…murió al quinto día de haber hecho matar a Antípater. Su reino duró… treinta y siete años”.[2]op.cit., XVII, VIII. Además, afirma que unos meses antes de su muerte hubo un eclipse lunar y un poco más adelante, sitúa la muerte de Herodes, poco antes de la Pascua. Ahora bien, contando con que Herodes reinó 37 años, se deduce que murió en el año 4 a.C., antes de la Pascua; es decir, entre marzo y abril. Con ello concuerda la fecha de un eclipse lunar que se produjo el 15 de septiembre del año 5 a.C. y que coincidía perfectamente con el dato de Josefo.

Debemos concluir que Herodes el Grande murió entre marzo y abril del año 4 a.C., y por tanto, Jesús debió nacer entre los años 6 y 7 antes de esta era (un mínimo de dos años y un máximo de tres).

El censo de Cirenio

El evangelista Lucas nos dice que Jesús nació cuando un gobernador romano llamado Cirenio celebraba un “primer censo” (2:1-7). Si podemos fijar la fecha posible de ese censo y del personaje, tendremos una aproximación bastante cercana al año en que nació Jesús. Veamos en primer lugar quién era Cirenio. Este nombre es la traducción griega del latín Quirino. El nombre completo de este oficial romano era Publius Sulpicius Quirinius.

Hasta hace poco, este pasaje era un escollo aparentemente insalvable en la cronología bíblica. La razón: La frase de Lucas que decía que Cirenio era gobernador de Siria (2.2), ya que según los datos de los historiadores romanos Cirenio fue procurador en Siria entre los años 6 y 9 d.C. Además, hubo tres procuradores durante los años anteriores y posteriores al nacimiento de Jesús: Sentius Saturninus (9 a.C.-6 a.C.); Quintilius Varus (6 a.C.-4 a.C.), y Sulpicius Quirinius, el Cirenio de Lucas (6 a.C.- 9 d.C.).

Algunos historiadores concluyeron que Lucas cometió un error, quizás confundiendo a “Quirinius” con “Quintilius”, el nombre del procurador (Quintilius Varus), que según todos los datos gobernaba Siria durante el nacimiento de Cristo.

Al fin un descubrimiento arqueológico le dio la razón a Lucas, pues desenterró una losa romana cuya inscripción decía que Cirenio sirvió dos veces en Siria. La primera, como militar, cuando Varus era el procurador para asuntos civiles; y la segunda, entre los años 6 y 9 d.C., como procurador. Además, el propio Lucas nos da un dato revelador para este ajuste de fechas al indicarnos que el de Cirenio fue su “primer censo” cuando era gobernador, ya que luego nos hablará del segundo, cuando Cirenio fue procurador (Hch 5:37). La descripción que Flavio Josefo nos da de Cirenio, al que llama Quirino, corrobora lo que dijimos de este militar: “y Quirino, un senador… llegó a Siria… para administrar justicia… y hacer el censo de los bienes…”

Todo lo expuesto nos autoriza a afirmar que Jesús nació durante el censo de Judea mientras Cirenio o Quirinius era gobernador militar; y que ese censo se realizó bajo el procurador Varus, que gobernó entre los años 6 y 4 a.C. Mediante esos datos puede fijarse, con certeza, el nacimiento de Jesús en el año 6 a.C.

Construcción del templo de Herodes

Tenemos un tercer punto para determinar el año del nacimiento de Jesús, en un texto del Evangelio de Juan que dice: “Durante 46 años se construyó este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días? Pero él hablaba del templo de su cuerpo…” (Jn 2:20-21). Herodes el Grande reconstruyó ciudades enteras y para ganarse a la clase sacerdotal y al pueblo, decidió reconstruir el templo. La obra que empezó en el año 19 a.C. y terminó en el 62 d.C., requirió 81 años. Herodes no pudo verla concluida. No obstante, en el tiempo de Jesús, el templo era un modelo de arquitectura.

Si a esos 46 años de la construcción del templo, según Juan, les restamos el año en que comenzó la obra, 19 a.C., tendremos que el episodio del templo y la expulsión de los mercaderes, debió ocurrir en el 27 d.C.; es decir, el año de la muerte de Jesús, ya que aunque Juan no indica cuándo se produce este acontecimiento, los tres sinópticos lo datan poco antes de la entrada triunfal a Jerusalén (Mt 21:1-13; Mr 11:l-19; Lc 19:28-48). Si el año del deceso de Jesús fue el 27 d.C., podremos —con una simple operación matemática— reiterar que nació en el año 6 a.C. Entonces, ¿cómo es posible que con esos datos el calendario cristiano esté equivocado en 6 años de más?

El error cronológico de Dionisio el Exiguo

El error cronológico acerca del nacimiento de Cristo lo cometió un monje de origen escita llamado Dionisio “el Exiguo”. El papa Juan I (523-526 d.C.) le encargó un cómputo de la fecha de la Pascua (Canon Pascual), a fin de fechar el nacimiento de Cristo. Dionisio el Exiguo, tras realizar múltiples cálculos, indicó que la fecha correspondía al 25 de diciembre del año 753 de la fundación de Roma (a partir de la cual se estableció el calendario romano), pero no hizo coincidir el primer año de la era cristiana con el 25 de diciembre, sino que lo pasó al 1 de enero del año 754 de la fundación de Roma, de manera que el año primero después de Cristo no es tampoco el del nacimiento de Jesús, sino el siguiente al acontecimiento.

Hoy sabemos que el monje, basado en el calendario juliano, se equivocó, y que la fecha del nacimiento de Jesús debió fijarse entre los años 747 y 748 de la fundación de Roma, que coincidían con los años 6 y 7 antes de Cristo, según el cómputo actual. El gran problema se produjo cuando en el año 644 el calendario de Dionisio el Exiguo se oficializó para la cristiandad.

Ahora, después de descubrir que Jesús nació en el año 6 antes de esta era, veamos en qué mes sucedió.

¿Nació Jesús el 25 de diciembre?

Dos hechos demuestran que Jesús no nació en diciembre: el nacimiento de Juan el Bautista y la anunciación a los pastores.

El Nacimiento de Juan El Bautista
Según Lucas 1:26, María concibió a Jesús en el sexto mes del embarazo de Elizabet. Por tanto, Juan el Bautista era seis meses mayor que Jesús. Si descubrimos la fecha del nacimiento del primero, conseguiremos la de Jesús (1:1-25).

    • El padre de Juan el Bautista era sacerdote (v. 5), y pertenecía “a la clase de Abías”.
    • “Abías” era el octavo de los 24 turnos del sacerdocio. (1 Cr 24:7-10)
    • Los turnos empezaban el 1 de Nisán, primer mes judío. (1 Cr 27:2)
    • Nisán oscila entre el 15 de marzo y el 13 de abril.

  • Cada turno duraba una semana, según 2 Crónicas 23:8 y la cita de Flavio Josefo en sus Antigüedades de los Judíos (XI, J:8).
  • Si al 15 de marzo le sumamos las ocho semanas del turno de Abías, llegamos al 11 de mayo o al 9 de junio (dependiendo de la fecha de la Pascua).
  • Al cumplir su turno, Zacarías volvió a su casa, y Elizabet quedó embarazada (Lc 1:23-24).
  • La fecha del embarazo de Elizabet oscilaría entre el 11 de mayo y el 8 de junio.
  • Si María concibió cuando Elizabet estaba en el sexto mes de embarazo (Lc 1:26), la primera debió concebir del Espíritu Santo entre el 11 de noviembre y el 8 de diciembre de ese mismo año.
  • Si a eso le sumamos los nueve meses de una gestación normal, tenemos que Juan el Bautista nació entre el 11 de febrero y el 9 de marzo, y Jesús entre el 11 de septiembre y el 9 de octubre.

La anunciación a los pastores
Un segundo dato se relaciona con los pastores, que según Lucas, reunían los rebaños al aire libre durante la noche (Lc 2:8), cuando se les aparecieron los ángeles para anunciarles el nacimiento de Jesús. Henri Daniel-Rops, en el libro Daily Life in the Time of Jesús [La vida en los tiempos de Jesús], registra lo siguiente: “Los rebaños pasaban la mayor parte del año al aire libre; los sacaban la semana antes de la Pascua (marzo-abril), y no regresaban hasta mediados de noviembre, al tiempo de las primeras lluvias de Hesván (octubre-noviembre). Invernaban bajo cubierta; por lo que no es probable que la fecha tradicional de la Navidad, en el invierno, sea correcta, dado que el evangelio dice que los pastores estaban en los campos”.

Por otra parte, el clima de Israel indica que a partir de mediados de octubre, era imposible que los rebaños estuvieran al aire libre. ¿Qué nos indica todo eso? Que evidentemente Jesús no nació un 25 de diciembre. Entonces, ¿a qué se debe la fecha del 25 de diciembre? Al rastrear esa fecha, en la historia de la Iglesia primitiva, uno descubre que hasta el siglo IV no se consideraba una celebración cristiana. Tertuliano e Ireneo, cuando registraron las fiestas cristianas, no la incluyeron. Por otra parte, en 389 d.C., el emperador Valentiniano decretó festivos todos los domingos y la Semana Santa (Pascua), pero no mencionó el 25 de diciembre.

Tampoco aparece en la lista de Teodosio (438), ni en la de Alarico (506), pero sí está en el Código Justiniano (534 d.C.). El primer dato que se registró acerca del 25 de diciembre como Navidad, está en el Comentario sobre Daniel, de Hipólito de Roma, y ese escrito -si no es una interpolación posterior, como algunos creen-, pertenece al año 202. Sin embargo, fue en el pontificado del papa Liberio (352-366 d.C.), que se reconoció por primera vez en Roma —y después en todo el mundo cristiano—, como la fecha del nacimiento de Cristo, aunque antes —en Egipto, Asia Menor y Antioquía—, la celebraban el 6 de enero.

Es significativo que fuera un romano el que incluyera el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesús, porque ese era un día muy importante para los romanos. Ellos celebraban el día del “Sol Invicto”, para clausurar la Saturnalia, entre el 17 y el 24 de diciembre. Según parece, un predicador del siglo V hizo la comparación entre el Sol Invicto y Cristo —que es el Sol de Justicia—, y a partir de ahí la sustitución de la fiesta pagana por la cristiana fue solo cuestión de tiempo. La Saturnalia era una fiesta pagana, consagrada al dios Saturno, en la que comían y bebían en exceso, y se hacían regalos. Esta situación, condenada por los cristianos de la época, fue aprovechada por la Iglesia Católica para sustituirla por la Navidad y convertir el día del Sol Invicto, en el del nacimiento de Cristo, aunque este, como vimos, fue entre septiembre y octubre.

Una posición cristiana frente a la navidad

Saber que Jesús no nació un 25 de diciembre, y que algunas costumbres navideñas son de origen pagano, es suficiente para que algunos cristianos dejen de celebrar estas fiestas o se opongan a ellas. Sin embargo, un evento tan importante como el nacimiento de Jesús (Dios hecho carne), debe celebrarse tanto como la fecha de Su muerte o el día de Pentecostés.

References

References
1 Antigüedades de los Judíos, XVI, XIV: 4,5.
2 op.cit., XVII, VIII.