La Iglesia latinoamericana frente al reto de la posmodernidad

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La Iglesia latinoamericana frente al reto de la posmodernidad

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por Luis Viñas

Tercer Premio del Concurso Literario de LOGOI, Noviembre 2009

La posmodernidad está retando a la Iglesia Evangélica. Muchos en el ministerio sugieren que esa concepción diferente está influenciando velozmente la ideología contemporánea.

La filosofía posmoderna es una reacción al fracaso de las propuestas políticas, a la inmoralidad científica y a la falta de respuesta religiosa a los problemas contemporáneos. La filosofía posmoderna propone nuevas características: un elevado interés en la comunidad, darle suma importancia a la experiencia personal, ver a la verdad como algo subjetivo, condenar las propuestas absolutas, respetar la pluralidad de opiniones, aceptar la fragilidad del progreso etc.

¿Qué está haciendo la Iglesia latinoamericana ante este nuevo paradigma filosófico? En su gran mayoría falta realizar un análisis profundo en relación a lo teológico, misionológico y los métodos o causas de acción para su influencia.

El reto teológico

La teología viene a ser la reflexión del querer articular la fe de tal modo que responda a los nuevos desafíos que surgen del contexto contemporáneo.

Del narcisismo a la auto negación

El narcisismo es un enamoramiento de sí mismo. La palabra procede del antiguo mito griego sobre el joven Narciso, de especial hermosura, quien se enamoró insaciablemente de su propia imagen reflejada en el agua,[1]http://es.wikipedia.org/wiki/Narcisismo#cite_note-freud-0 y al querer atraparla muere ahogado.

¿Cómo podemos analizar teológicamente la amenaza del Narcisismo? En cualquier blog (en Internet) se pueden encontrar las propuestas del movimiento del potencial humano que propone el amor a uno mismo para poder amar a los demás.[2] … Continue reading Tengo que confesar que estas ideas no solo son extraídas de un blog, o de la literatura Kleenex que encontramos en las librerías. También escucho esas propuestas en diferentes encuentros cristianos. Esta auto deificación es denominada como el tercer mandamiento que se desprende de el gran mandamiento.[3]Mt 22:37-39  El tercer mandamiento es amarse a uno mismo para poder amar al prójimo.

John Stott hace los siguientes comentarios al respecto:

Primero, y gramaticalmente, Jesús no dijo ‘el primer mandamiento es amar al Señor tu Dios, el segundo amar al prójimo, y el tercero amarse a uno mismo’. Habló únicamente del primer gran mandamiento y del segundo que se le parecía. La adición de ‘como a ti mismo’ proporciona una guía sencilla y práctica para el amor al prójimo, porque nadie aborreció jamás a su propia carne [cuerpo, vp]”(Ef 5.29). A este respecto, es como la regla de oro de que “todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mt 7). No cabe duda de que la mayoría de nosotros nos amamos a nosotros mismos. De modo que sabemos cómo querríamos ser tratados, y esto nos indicará cómo tratar a otros. El amor a uno mismo es algo que hemos de reconocer y una regla a tener en cuenta, no una virtud a ser recomendada. Segundo, y lingüísticamente, el verbo es agapao, y amor ágape significa auto sacrificio en el servicio de otros. Por lo tanto no puede ser algo dirigido a uno mismo. El concepto de sacrificarnos con el fin de servirnos a nosotros mismos es absurdo. Tercero, y teológicamente, el amor a uno mismo es lo que la Biblia entiende como pecado (2 Timoteo 3.1-5). Su amor estará mal orientado, hacia sí mismo en lugar de hacia Dios y el prójimo.[4]Stott John, La Cruz de Cristo (Ediciones Certeza 1986 ) PG 305

Jesús propuso la negación de nosotros mismos y la autoafirmación como elementos esenciales de la identidad cristiana. Negarnos a nosotros mismos es renunciar al camino de la independencia para  tomar la cruz cada día. La autoafirmación es desarrollar una actitud equilibrada de nosotros mismos, reconocer las debilidades y las virtudes. Esto es lo que propuso Pablo.[5] Rom 12:3 John Stott llamó a esto el equilibrio de ser fiel a nuestro yo verdadero e implacables con nuestro yo falso. Ibid., Stott, pg 315[/ref]

El reto teológico es separar la paja del trigo, lo que es teológico de lo psicológico, lo que es mero cristianismo de lo que son propuestas cristianas bañadas por el movimiento del potencial humano. La necesidad para ser relevantes es predicar la palabra de Dios sin agregados, ni recortes, ni mezclas, toda la escritura es útil para transformar al hombre.[6]2 Tim 3:16-17

Del hedonismo a la cruz

El hedonismo posmoderno plantea al placer como el fundamento de la moral, el valor máximo de la existencia.

La teología no está al margen de la filosofía posmoderna. En los sermones se visualiza a la felicidad como el bien más alto que el cristiano debe aspirar. Por supuesto que apetecer la felicidad es un motivo noble para el ser humano. El problema está que se busca la felicidad individual sin tener en cuenta que esta acción nos excluye del glorificar a Dios en todas las circunstancias de la vida.

¿Qué es lo que debe movilizar a un cristiano? Para San Pablo las acciones deben ser motivadas por la gloria de Dios[7]1 Cor 10:31 BLS

El reto teológico frente a la búsqueda obsesiva del placer es no amoldar a Dios al papel de Papá Noel cósmico regalando todo lo que el hombre le exige. Debemos presentar la vida de cruz, el gozo mayor en cuya presencia hay plenitud de gozo Sal 16.11[/ref]

La Iglesia latinoamericana debe repudiar el hedonismo posmoderno que propone la auto-gratificación, de que solo importa el propio placer, para poder señalar el camino de la cruz, que es un gozo completo,[8]Jn 15:11 una gran ganancia que se acompaña del contentamiento.[9]1 Tim 6:6.

Del Humanismo al Cristianismo

El humanismo en la posmodernidad propone la plena realización del hombre y de lo humano. Humanismo es lo que propone Ashley Montagu (evolucionista y humanista de la Universidad de Princeton): “La verdad absoluta pertenece solamente a una clase de humanos—la clase de los necios absolutos”. El Dr. Montagu quería clarificar que, en el mejor de los casos, la verdad es relativa, y cualquiera que afirme algo diferente es clasificado como un necio.[10]www.apologeticspress.org.

Es plantearle al hombre que puede lograr lo que quiera sin tener a Dios en su mente o en sus planes.

El hombre crea su sentido, su proyecto, su futuro. Por lo tanto el hombre debe ver a la ética como algo autónomo (sin necesidad de la teología). También propone un camino de salvación en relación a la sexualidad. Todo es aceptable, prohibir es la premisa humanista.

Existe un “humanismo cristiano” que propone una nueva reforma. La misma expresa que no hay que decirle al hombre que es pecador, esto crea un cuadro negativo en su mente, anulando de esa manera su potencial. El hombre ya sabe que es pecador, ¿por qué recordárselo?

¿Este es el camino para ser relevantes en la cultura posmoderna?  ¿Cuál es el camino? Todavía resuena en mis oídos la voz del Pastor Salvador Dellutri cuando en 1989 en un congreso de FLET dijo “Debemos darle a la gente lo que necesita, no lo que quiere. Usted como Padre sabe que no siempre lo que su hijo quiere es lo que verdaderamente necesita. Si usted le da todo lo que su hijo quiere, va a formar un hijo caprichoso que carece de lo que necesita”. El reto teológico es darle al hombre lo que verdaderamente necesita, no lo que quiere, no lo que exige, no lo que reclama. En otras palabras, el cristianismo no es una religión a la carta, es anunciar todo el consejo de Dios a todos los hombres de todos los tiempos.

El reto misionológico

En nuestra América latina se ha reducido el evangelio a compartir las buenas nuevas con el objetivo de “Salvar las Almas”.

Del reduccionismo a la integración

Es llamativo que cada líder responsable o pastor aspire a tener una iglesia grande. Participamos de encuentros cristianos, congresos, eventos para descubrir el sistema de crecimiento. Lo interesante es que aquellos que han logrado el “éxito” desarrollan congregaciones que solo están interesadas en su prosperidad. Como me confesó un orientador en misionología, “en nuestros encuentros sobre misiones no hemos tenido a ningún candidato misionero de las mega-iglesias”. Esto significa que se necesita una reflexión bíblica, misionológica, que apunte a cumplir la gran comisión como una reacción al desarrollo del gran mandamiento (Amar a Dios con todo el ser y al prójimo como naturalmente nos amamos a nosotros mismos).

Por otro lado, la reflexión misionera debe fundamentarse en el evangelio que, comprendido en su integridad, proclamado en palabra y obra,  que se dirige a todo el ser Humano hasta el último rincón de la tierra.

De métodos enlatados a la encarnación

La misión no apunta a lograr que se llene el templo usando los métodos mágicos promovidos por los pastores exitosos. La Iglesia en América Latina debe renunciar a la búsqueda de métodos mágicos de crecimiento, de pensar que todo lo extranjero es bueno, digno de copiar por el logro de una multiplicación deslumbrante. La Iglesia debe asumir su responsabilidad en la misión mundial, encarnar la misión a la realidad latinoamericana.

El reto misionológico es analizar críticamente el mensaje encarnado (el qué hacer) los motivos (el por qué lo hacemos) y las estructuras (el como hacerlo). En resumen, conocer el evangelio y el contexto donde se ejerce la misión.

Del exitismo al servicio humilde

La cultura posmoderna ha influenciado nuestra acción misionera. Hoy el pueblo de Dios necesita volver a las sendas antiguas, imitar el modelo de Jesús por encima de las voces del sistema.[11]Mateo 18:1-4, 1 Ped 2:5-9

Debemos reconocer nuestra hambre de éxito como motivación pecaminosa que sale de nuestro entorno y corazón, para tomar la toalla y el lebrillo. El servicio humilde de Jesús a todas las personas es la esencia de la misión.[12]Jn 13:5

El reto estructural

Los posmodernos dudan de las instituciones, sospechan de la verdad y anhelan reformas estructurales en los ambientes religiosos.

Del tradicionalismo a la flexibilidad

Jesús había dicho que no se puede poner vino nuevo en odres viejos.[13]Lc 5:37-38 El vino nuevo debe encontrar odres nuevos, personas y organización que esté abierta al cambio.

El tradicionalismo es resistirse al cambio, es encontrar seguridad y hasta la identidad en lo que se vivió por años. La flexibilidad es comprender que vivimos un proceso acelerado de cambios radicales, enfoques diferentes, desafíos que requieren creatividad y apertura.

De lo sagrado a lo funcional

Cuando confundimos la estructura con la doctrina caemos en el tradicionalismo. Ver a una estructura como sagrada pone a la persona a la defensiva. Por ejemplo, creemos como sagrado enseñar la palabra de Dios detrás de un púlpito, vestidos con saco y corbata en un templo donde todos miran hacia la plataforma.

Rick Warren[14]Rick Warren es el fundador y Pastor de la Iglesia Saddleback en Lake Forest, California. es pertinente en nuestra generación porque sabe combinar la sana doctrina con la flexibilidad. Es un misionero adaptado a la cultura de California, vestido con camisas hawaianas, con una predicación bíblica pero narrativa, sana doctrina que pasa sabiduría (no simple información) en su exposición dominical, valores absolutos encarnados en una realidad posmoderna.

De lo impersonal a lo comunitario

Los posmodernos descubren la verdad con más eficacia en ambientes interactivos de genuinas relaciones. ¿Cómo gravita esta propuesta cultural en nuestras estructuras eclesiásticas?

Aprender es un acto de descubrimiento compartido, algo que está vivido en una íntima relación con una persona que habla y vivencia lo que predica. Por eso hay odres que deben ser cambiados. Estos odres nuevos deben ser estructuras donde lo relacional sea prioritario. Tal vez el culto tiene que cambiar, la manera de transmitir la verdad, los programas de las congregaciones. Dejemos el tradicionalismo, respetemos la tradición pero valoremos el vino nuevo del Señor.

Conclusión

Un reto es un desafío, puede ser una provocación. La posmodernidad nos provoca. Debemos evaluar nuestra teología, misionología y las estructuras eclesiásticas. Por esto propongo:

  • Una teología sana que evalúe lo que se hace a la luz de la palabra de Dios.
  • Una misionología que una la palabra con la acción, y que su objetivo sea la gloria de Dios.
  • Estructuras que estén al servicio del hombre, que no asfixien al cristiano con un tradicionalismo heredado.

References

References
1 http://es.wikipedia.org/wiki/Narcisismo#cite_note-freud-0
2 http://74.125.47.132/search?q=cache:ZLpwjH4QlqwJ:caminardescalzos.blogspot.com/2008/01/si-no-me-amo-mi-mismo-cmo-puedo-amar.html+me+amo+a+mi+mismo&cd=2&hl=es&ct=clnk&gl=ar&client=firefox-a
3 Mt 22:37-39
4 Stott John, La Cruz de Cristo (Ediciones Certeza 1986 ) PG 305
5 Rom 12:3
6 2 Tim 3:16-17
7 1 Cor 10:31 BLS
8 Jn 15:11
9 1 Tim 6:6.
10 www.apologeticspress.org.
11 Mateo 18:1-4, 1 Ped 2:5-9
12 Jn 13:5
13 Lc 5:37-38
14 Rick Warren es el fundador y Pastor de la Iglesia Saddleback en Lake Forest, California.