John Paton, misionero

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John Paton, misionero

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por Les Thompson

John Gibson Paton, misionero, nació en 1824 en Escocia y era hijo mayor de una familia numerosa. Pudo estudiar los primeros años, pero pronto tuvo que ayudar a su padre en el sustento familiar haciendo medias. En ese tiempo, nació su pasión por la Biblia, tomaba la mayor parte de los descansos para comer para leer las escrituras. Su vida fue muy marcada por la pasión por Dios de su padre. Lo veía ir a orar tres veces al día a un cuarto apartado en la casa y cuando regresaba tenía un resplandor en el rostro. Paton dice que “nosotros los hijos sabíamos que era el reflejo de la Presencia Divina en su vida”.

Su pasión por la obra de Dios fue tal que eventualmente se fue como misionero a la ciudad de Glasgow donde trabajó con personas en muchos niveles, especialmente en la enseñanza. Fue ahí donde supo de las misiones fuera del país y fue aceptado como misionero a las islas Nuevas Hébridas, que ahora son la república de Vanuatu, al este de Australia y Nueva Zelanda. Cuando salió como misionero tuvo que ir caminando de su casa en Escocia hasta el lugar de partida, unas 40 millas (64 km). Su padre le acompaño las primeras 6 millas. Cuando se despidieron, Paton recuerda que su Padre lo bendijo y dejó en John el recuerdo de un varón de Dios que lo motivó y le ayudó a perseverar en los años que siguieron.

Recién casado con Mary Ann Robson, John Paton salió hacia las islas Nuevas Hébridas donde se estableció en la isla de Tanna, una isla casi no alcanzada por el Cristianismo; ya que sólo había un misionero que se estableció del otro lado de la isla. En esta isla vivían unas tribus muy violentas y con prácticas canibalistas. John & Mary construyeron una casa en el puerto Resolución. En febrero de 1859 nació su primer hijo, Peter. Un poco más de un mes después Mary y Peter murieron de una fiebre tropical, los enterró antes de cumplir un año de casado. John escribe al respecto: “…aquellos que hayan pasado por una oscuridad similar –oscuridad de media noche– sientan por mí”. Sin embargo, él decidió quedarse en la isla y no abandonó la obra misionera.

Las tribus que vivían en la isla tenían prácticas muy violentas, por ejemplo, cuando moría un hombre mataban a la esposa para que ésta le sirviera en la vida próxima. Los hombres frecuentemente golpeaban a sus esposas y cuando había guerras o peleas entre ellos, los victoriosos cocinaban y comían a los perdedores. John se preguntaba cómo iba a hacer para evangelizar y civilizar a estas tribus, pero aun así decidió hacerlo. Comenzó a hacer amistad con algunos miembros de las tribus y a aprender su idioma. Diseñó una manera de escribir el idioma y utilizando una pequeña imprenta, comenzó a reproducir algunos textos Bíblicos en el idioma Tannense.

Luego de cuatro años en Tanna, en medio de una guerra entre diferentes tribus, uno de sus amigos Tannenses le advirtió que esa noche habían resuelto algunos de la tribu matarlo y comérselo. John escapó de su casa con su Biblia y con los escritos traducidos a Tannense para nunca volver. En todo este tiempo, John se apegó a las palabras de Jesús “He aquí, estaré contigo siempre”.

Logró abordar un barco para eventualmente salir para Australia y luego a su tierra natal de Escocia donde conoció y se casó con Margaret Whitecross. Dos años después, John y Margaret regresaron a las Islas Nuevas Hébridas, estableciendo una misión en la isla Aniwa, donde encontraron tribus similares a los de la isla de Tanna, pero donde corrieron con mejor suerte.

En Aniwa, también aprendieron el idioma, establecieron dos casas para huérfanos, enseñaron a leer la Biblia, educaron a muchos en Doctrina Cristiana y los enviaban a las otras tribus a evangelizar. Allí John y Margaret tuvieron varios hijos más, uno de los cuales cuando creció regresó a las Islas Nuevas Hébridas también como misionero. Treinta y tres años después de establecidos en Aniwa, se publicó el Nuevo Testamento en el idioma Aniwence.

En sus últimos años, John y Margaret se establecieron en Australia donde ayudaban a promocionar misiones a las Islas Nuevas Hébridas con mucho éxito ya que por lo menos 25 misiones se establecieron en estas islas. John murió a los 83 años.