Atanasio, el gran campeón de la Fe, nació en Alejandría, alrededor del año 296, de padres cristianos. Educado bajo la tutela de Alejandro, quien se convertiría más tarde en obispo de su ciudad natal, hizo grandes progresos en áreas de aprendizaje y virtud. En el año 313, Alejandro sucedió a Aquiles en la sede patriarcal, y dos años más tarde, Atanasio se fue al desierto a pasar algún tiempo de retiro con San Antonio.
En 319, se convirtió en un diácono, e incluso en este cargo, fue llamado a tomar parte activa en contra del aumento de la herejía de Arrio, un sacerdote ambicioso de la Iglesia de Alejandría, que negaba la divinidad de Cristo. Este iba a ser la lucha de la vida de Atanasio.
En el año 325, asistió a su obispo en el Concilio de Nicea, donde su influencia empezó a hacerse sentir. Cinco meses más tarde murió Alejandro. En su lecho de muerte, recomendó Atanasio como su sucesor. Como consecuencia, Atanasio fue elegido como Patriarca por unanimidad en el año 326.
Su rechazo a la herejía arriana fue la causa de muchas pruebas y persecuciones contra Atanasio. Pasó diecisiete de los 46 años de su episcopado en exilio. Después de una vida de virtud y sufrimiento, este campeón intrépido de la fe católica, el hombre más grande de su tiempo, murió en paz el 2 de mayo de 373. Atanasio fue un obispo y doctor de la Iglesia.