Sermón 3: La oración de un pastor para su grey — Fil. 1:9

 

TEXTO:Y esto pido en oración...” (Fil 1:9)

LECTURA BÍBLICA: Filipenses 1:8-11

INTRODUCCIÓN. Pocos hombres han sido tan polifacéticos como Pablo. Era capacitado en varias esferas. Como predicador, escritor, evangelista, misionero y administrador descollaba. Quizá lo más notable de Pablo, sin embargo, haya sido que tenía un corazón de pastor. Fundaba iglesias. Quedaba con algunas de ellas por bastante tiempo. A otras las dejaba pronto. Dondequiera que fuese, sin embargo, siempre trató con la iglesia como un pastor.

Para los Filipenses Pablo era, por supuesto, un pastor “a la distancia”. Sin duda la iglesia tenía su propio líder espiritual en la localidad con ellos. Sin embargo Pablo sentía que en un sentido real era su iglesia, y que no estaba fuera de lugar dar consejos espirituales a la misma, como si él fuera su pastor.

Cada pastor tiene ciertas metas para aquellos a quienes ministra. Se enorgullece de su crecimiento espiritual y se desanima cuando dejan de progresar en discernimiento y visión cristianas. En los versículos que siguen, Pablo pone al descubierto los sueños más caros de su corazón para con estos creyentes él quienes él tanto quería.

  1. QUE VUESTRO AMOR ABUNDE AÚN MÁS Y MÁS
    Una frase que nos ha llegado desde el primer siglo es esta: “¡Cómo se aman estos cristianos!” Basta con tan solo leer el capítulo trece de primera Corintios para ver qué convencido estaba Pablo de la importancia del amor como una virtud cristiana. No usa ninguna de las palabras griegas de menor jerarquía traducidas “amor” en este pasaje, sino sólo aquel que significa amor divino, el vocablo “ágape”. Pablo sabía que la única manera que los creyentes podían amarse era que de ellos fluyera y rebosara espontáneamente el amor hacia Jesucristo.
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    Pablo entendía la importancia del compañerismo cristiano. Sabía que el espíritu de una iglesia era el verdadero índice de su grandeza. La debida motivación para el servicio sólo puede sentirse cuando existe un compañerismo entre los creyentes que esté basado en la relación que cada uno tenga para con su Salvador y Señor.
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    Estas palabras de Pablo son mucho más que una simple oración para que los creyentes se amen. Pablo quiere que crezcan en el amor. Entendía que el amor es el principio práctico por el cual los frutos de la fe se hacen realidad en la vida. Aquellos que aman son los que son nacidos de Dios y conocen a Dios (1 Jn 4:7). ¡No hay ninguna verdad que se hace resaltar tanto en el Nuevo Testamento! Cuando uno ama debidamente, es capaz de evaluar correctamente las distintas prioridades de la vida que reclaman su atención y lealtad.
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  2. PARA QUE APROBÉIS LO MEJOR
    Pablo creía con entusiasmo que un amor cabal ahogaría los deseos más bajos del ser humano. El hombre luego se dedicaría a lo mejor y más notable en la vida diaria. La traducción de esta frase en la Versión Popular reza así: “Para que sepan siempre escoger lo mejor.” Pablo ciertamente quería que los creyentes en Cristo escogiesen el bien en vez del mal, pero probablemente quería decir más. Habían de elegir lo bueno en grado supremo. Hay un aforismo en inglés que dice que “lo bueno es enemigo de lo mejor”. Pablo estaba ansioso de que los Filipenses tuvieren un sentido de lo que era vital. Escribió a otra iglesia: “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Ts 5:21). La palabra griega que Pablo utiliza para “probar” o “examinar” es la misma que se usaba para probar una moneda para saber si el metal era legítimo, puro, sin aleación y no falso. Esta frase en realidad está relacionada con la que la precede, pues el amor nunca es ciego. El verdadero amor siempre sabe distinguir entre lo verdadero y lo falso.
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    Aquellos creyentes que ponen la mira de sus afectos en lo más alto, nunca serán desviados por cosas secundarias. Tendrá un sentido correcto de la importancia relativa de las cosas. Instintivamente elegirán aquellas cosas en su vida diaria que glorifican a Dios y al mismo tiempo hagan felices y útiles sus propias vidas.
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  3. A FIN DE QUE SEAÍS SINCEROS E IRREPRENSIBLES
    Las palabras iniciales “a fin de que” muestra la relación precisa entre “aprobar lo mejor” y ser “sinceros e irreprensibles”. Por supuesto, hay aquellos que viven por un código moral estricto pero que, por su actitud de arrogancia y justicia propia, alejan a la gente de Cristo en vez de atraerlos a él. La forma correcta de “elegir lo bueno en grado supremo” es la que se funda y arraiga en el amor que Pablo menciona en el versículo 9. Cuando el amor produce ciencia y conocimiento, y estos llevan a elegir bien, el resultado será una sinceridad que lleva a otros a conocer al Salvador inspirador de una vida tan recta y sin embargo encantadora.
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    La palabra traducida “sinceros” viene de dos voces griegas: la primera significa “la luz solar”, y la segunda es el verbo “juzgar”. La idea completa es de algo que se mira a la luz del sol y se halla puro y sin mancha. En latín “sinceros” quiere decir “que no tienen cera”. Los mercaderes de la antigüedad vendían estatuas en el mercado, y cuando ellas tenían fallas, las solían rellenar con cera. De ahí que la cosa sin defectos se decía que era “sine cere”, de donde viene la palabra castellana.Le preocupaba mucho también a Pablo que los creyentes en Filipos no fuesen jamás causa de tropiezo en la vida moral a otros por las inconsistencias de ellos en hechos o actitudes. La palabra “irreprensibles” que Pablo usa aquí, quiere decir “libres de ofensas”. En otros lugares de las Escrituras quiere decir “no chocando ni disgustado a nadie”. Esto es necesario para nosotros en el día de hoy tanto como lo era en la antigua Filipos. El mundo no mira a los creyentes en Cristo para recibir consejos sino para ver un ejemplo de cómo vivir.
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    Por supuesto que debemos tener cuidado de que la sinceridad no sea un peligro por estar basada en la ignorancia y la terquedad. Se puede ser muy devoto y sincero en el culto a los ídolos, si, un pagano puede ser sincero pero terriblemente equivocado.
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    Una persona realmente sincera es aquella en quién brilla la luz de Dios sin impedimentos de duplicidad o pecado. Es sincera en la búsqueda de la verdad. Tal persona genuinamente sincera, cuando viene en contacto con la verdad viviente encarnada en Jesucristo, aceptará humildemente la revelación que Dios ha hecho en su Hijo. Cuando uno que es absolutamente sincero en su búsqueda de la verdad se encuentra frente a frente con Jesús, hallará que su búsqueda no ha sido en vano. De este modo, aquel que ha sido un hombre íntegro en su búsqueda sincera será también una persona que no dé nunca ofensa a otros. Esto es porque se ha rendido a la persona de Cristo y permite que el espíritu de Cristo viva en ella motivando tanto sus decisiones como sus acciones.
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  4. PARA EL DÍA DE CRISTO
    Aunque nadie acusaría a Pablo de tener ideas exageradas en el campo de la escatología, a menudo se refirió a la segunda venida de Jesucristo. No hay duda de que Pablo esperaba que Cristo viniera mientras él aún vivía. Por supuesto que esto estaba de acuerdo con lo que Jesucristo enseñó, es decir que debemos esperarlo en cualquier hora. Para Pablo, la vida presente es la preparación para aquel momento cuando Jesucristo ha de aparecer para recoger a los suyos y para juzgar a los que lo han rechazado. En verdad, no existe ningún incentivo mayor a la pureza moral que la de estar consciente de la eminencia del regreso de Jesús.
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    La construcción gramatical de este versículo es tal que la palabra traducida “para” significa más exactamente “en vista de” aquel día glorioso. La enseñanza de Pablo es que nuestra vida debe ser tal que pueda soportar el escrutinio de aquel gran día. Si los creyentes en Filipos viven con un sentido de lo que es vital, no tendrán temor de ser examinados por Dios en la segunda venida de Cristo. Todo aquel que esté familiarizado con los escritos de Pablo, recordará instintivamente que este día grande y glorioso nunca estuvo ausente de sus pensamientos por mucho tiempo.
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CONCLUSIÓN. El resultado de todas estas aspiraciones se halla en el último versículo de esta sección. La vida cristiana no es tan solo la piedad personal, si bien es importante, sino que es más bien el servicio positivo y preciso.

Esto quiere decir ayudar a otros por medio de acciones desprendidas y darse en consagración personal para que la causa de Cristo pueda adelantarse ganando a otros a la fe en él como Salvador y Señor personal.

Un hecho significativo es que Pablo dice literalmente: “llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo”, lo cual tiene una interpretación interesante.

Todo lo que hacemos en el sentido del crecimiento cristiano es a causa de haber tenido una experiencia personal del perdón de pecados por aquel que literalmente “compró nuestra justicia” cuando murió en la cruz por nuestros pecados.

Estas dos ideas se funden en una soja: hemos de servirle como fruto de haber sido redimidos por él.